Nastassja Kinski foto intervenida de una escena de París, Texas de Win Wenders (Ilust. Blog)
http://javiermolinero.wordpress.com/category/cine/page/5/
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[viene de
"Urdimbre y trama"]
J. C.
Es
enfrentarse a un olor a leña, a un olor a leña más bien húmeda, como cuando
tarda en prender, pero a decir verdad confundo la humedad del olor a leña
húmeda con la humedad de la noche, esta noche de miércoles lluvioso, un
miércoles cuya mañana me encontró triste pero triste pero de tristeza
arraigada, profunda, casi que tristeza de un cuerpo imposible nunca tocado por
la lluvia, como si nunca hubiera corrido el agua por mi cara, mi pelo, mi
cuello, mis pechos, mi vientre estéril, mis caderas, mis piernas, pensándolo
mejor quizá el agua de lluvia no llegue a ciertas partes de mí y por eso, sin
embargo yo llevo la tristeza más bien como se llevan las manos manchadas con
tinta, las manos manchadas con tinta que también, también, que también denotan
una cierta alegría como, una cierta alegría como infantil, ingenua, que
desborda vida, hay algo de juego en las manos manchadas de tinta, y no obstante
en ocasiones como esta es irrisoria la libertad humana, y no, no se trata de
que sea falsa, no se trata de que sea falsa ni de que sea engullida por el
destino o el determinismo, no, es algo, no, es algo más fuerte, es el
sentimiento perentorio de que nos sobrepasa, de la que vida nos lleva, pero el
peso de la vida no nos aplasta –sería tan fácil, tan perfecto, si nos
aplastara–, apenas nos confirma en nuestra finita esperanza de sobrevivir, no
nos arroja a ninguna parte –sería tan acertado–,apenas nos arrastra a las
orillas de nuestra propia incertidumbre transgredida, y es una plétora
incontenible, una urgencia, una profusión, un puente tendido hacia lo profundo
del abismo, hay algo de juego en las manos manchadas de tinta, pero también
algo salvaje: salvaje como el viento que de pronto ruge afuera y hace temblar
–es que es un viento terrible– las ventanas y acaricia –¡viento terrible!– las
hojas de los árboles y convoca el poder de los cielos y un poder más terrible
también, un poder como de la tierra, de la tierra resquebrajada, del comienzo
de los tiempos o de la tierra, la tierra ilimitada y arrasada y primitiva y
pródiga y fecunda y viva viva vívida y vivida, que es devastada por un vendaval.
Sus manos manchadas de tinta se ciñen con fervor a la
espalda de U, que la mira. Él mira a esa muchacha que conserva, aun desnuda, el
color de sus ojos.
J. C.
EXCELENTE!!!!!
ResponderEliminarque también denotan una cierta alegría como, una cierta alegría como infantil, ingenua, que desborda vida, hay algo de juego en las manos manchadas de tinta, y no obstante en ocasiones como esta es irrisoria la libertad humana, y no, no se trata de que sea falsa, no se trata de que sea falsa ni de que sea engullida por el destino o el determinismo, no, es algo, no, es algo más fuerte, es el sentimiento perentorio de que nos sobrepasa, de la que vida nos lleva, pero el peso de la vida no nos aplasta –sería tan fácil, tan perfecto, si nos aplastara–, apenas nos confirma en nuestra finita esperanza de sobrevivir, no nos arroja a ninguna parte –sería tan acertado–,apenas nos arrastra a las orillas de nuestra propia incertidumbre transgredida, y es una plétora incontenible, una urgencia, una profusión, un puente tendido hacia lo profundo del abismo, hay algo de juego en las manos manchadas de tinta, pero también algo salvaje: salvaje como el viento que de pronto ruge afuera y hace temblar –es que es un viento terrible– las ventanas y acaricia –¡viento terrible!– las hojas de los árboles y convoca el poder de los cielos y un poder más terrible también, un poder como de la tierra, de la tierra resquebrajada, del comienzo de los tiempos o de la tierra, la tierra ilimitada y arrasada y primitiva y pródiga y fecunda y viva viva vívida y vivida, que es devastada por un vendaval.
ESTA PARTE ME GUSTA MUCHO.
MAX HUNICKEN
Me encanta como escribís! Te va llevando el texto a las sensaciones que describís.
ResponderEliminarMe sacudieron esas imágenes: La vida nos lleva y no nos aplasta apenas confirma la esperanza de sobrevivir y no nos arroja, nos arrastra a la orilla de la incertidumbre transgredida. Tiene un aire de poética de tango mezclado con la precisión del filósofo.
ResponderEliminarMe inundó el temblor de miedo y esperanza de esa muchacha. La catarata de su monólogo sin un punto me hizo pensar en la euforia que trae consigo el amor. El vendaval levanta y hace girar en el alma como hojas secas todos sus fantasmas, ilusiones y melancolías transformadas en manchas de tinta azul, ¿dijiste que era azul? Yo creo que era azul.
Y la mirada serena de U capaz de descansar en el color de sus ojos aparece al final como un refugio para el desasosiego del alma de … ¿V?
¡Cómo me gusta Josep cuando escribe ficción! Escribe muy hondo. Sus textos emergen entre la bruma del misterio de la vida.
Gracias.Tus palabras son como una escalera caracol que baja vertiginosamente hasta el fondo, y más todavía. No quedan zonas para reposar; el vértigo empuja más adentro todavía, adentro del alma, adentro del cuerpo, esperando que la vida decida de una vez, o el cielo. Pero la tierra, aunque resquebrajada, algo todavía promete.
ResponderEliminarGracias. Me costó escribir este comentario, porque lo más correcto hubiera sido decir cómo me enmudeció lo que escribiste.
Como escribe!!!Es asi la cuestion, el que sabe , sabe. Me encantó. Gracias
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