http://www.google.com.ar/imgres?q=leccion+de+tango&
(Ilust. blog)
Desde el hueco del sillón de un bar
siento entrar por el hueco de mi oído
una música de ritmo par
y en un hueco similar andás, distraído.
Entonces tu andar deja lo indefinido
y tu brazo extendido, me viene a buscar
Mi mano llena de tu mano el hueco vacío
y en un hueco del salón bailamos, abstraídos
tu cuello se vuelve mi hueco, mi nido,
no hay hueco parecido que avive mis sentidos.
¡No hay hueco perdido, no hay hueco perdido
en mi tango querido!
¡Qué lindo Francisca! Tantos huecos que se llenan con la ternura calida de un encuentro esperado y anticipado en la geografía de la ciudad y del cuerpo. Y luego hecho fiesta en el baile.
ResponderEliminar¡Me encantó la secuencia!
¡Hay que avisarle a Noelia que ese es un hueco en el que puede sumergirse, jaja!
Muy bueno francisca, tu poesía le da un toco más de encuentro y no tan de desafío a este baile me parece. Siempre el tango me parecio un poco como de histeriqueo tras su sensualidad. No me maten los amantes de las milongas! Acá lo pintas y lo veo más como verdadera búsqueda, encuentro y descanso en el hueco del otro. Voy a ver si lo empiezo a mirar más desde esta perspectiva!
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