Escena
de Saraban, Ingmar Berman, Suecia,
2003
Hermosa zarabanda del pasado.
Sensual recuerdo que, suave, se difunde.
Recorriendo lentos ritmos de felicidades,
de amores realizados,
de nieblas transformadas en sentimientos,
en sorpresas,
en intuiciones de certezas.
Suspensión del pensamiento.
Percepción profunda de la belleza.
De mi verdad, de las verdades de los otros,
del otro.
Dolorosamente dulce recuerdo
de las penas del pasado,
de las pérdidas que busqué.
Que me buscaron.
De lo que, finalmente,
no fue, no pudo, no quiso ser...
Qué angustia sentí en mis tiempos lejanos
al pensar en lo que quizá no sería
y cuyo no ser luego lamentaría.
Hoy puedo celebrar lo que fue.
Vital, jubiloso, floreciente
regalo encontrado en el camino,
sin motivos, porque sí.
O porque había elegido esa ruta.
Y que a veces no pude defender del tiempo,
de la muerte,
que es la dueña de las últimas palabras
Lo que hoy más me inquieta
es lo que no quise que fuera.
Quizá en ese rechazo
dejé escapar momentos de vida.
Cuando sí quise y no fue
dolió, pero atrapé esos momentos.
Desafié a la oscuridad del mañana
y perdí.
Pero también en el fracaso se sienten
las ondas de la sangre,
las luces que cambian,
el viento que empuja,
la lluvia en las manos,
los pasos sobre el sendero.
Y al recorrer ese camino
se danza la riesgosa, pausada, enigmática
zarabanda del futuro.
Ingmar
Bergman, Sarabanda - J.S. Bach, Suite Orquestal Nº 2, Sarabanda
En casa,
noche profunda y silenciosa. Ya es 24 de febrero de 2012
Jorge, bellísimo!Para profundizarlo deberé releerlo varias veces.
ResponderEliminarSi algo me gusta de lo que escribís, Jorge, es tu impresionante apego al aquí y ahora. Todo entra, nada es ni idealizado, ni sublimado, ni racionalizado, ni negado. Lo mejor: cero autocomplacencia o pensamiento edificante. La vida es y vale. El amor es y existe. El dolor y el fracaso, también están y listo. Parece que escuchaste la propuesta de Husserl de "volver a las cosas"!!!
ResponderEliminar¡Gracias Jorge! Por el recuerdo de esa película por la música y por tu poesía. Las tres contienen una gran densidad. Obras de quienes, cada uno a su modo, se han decidido a ser protagonistas de su historia. Me hacen juntar coraje para reconocer la importancia de ser uno mismo. La "mezclita" rara que uno es y ha sido.
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