Irene Zuzek, Pájaros en la cabeza, técnica mixta sobre lienzo - 60 x 80 cm - 2011
Qué los hay, ¡los hay! Y de todo tipo y color que se quiera: Buenos, malos, inofensivos – como ésos de las películas, que sólo nos hacían reír para pasar el rato – matizan nuestra coexistencia diaria. Todos son únicos per se y. por lo tanto, difíciles de tratar, de encasillar, puesto que se escapan de lo “normal”.
Lo “normal” es algo casi imposible de definir – como la vida misma. Quedemos en que es un amplio consenso sobre características, costumbres, actitudes, etc. que mayormente todos compartimos. Bueno, casi todos… Mientras que respecto de ciertas facetas algunos - “locos” – sobresalen. Son los que en la estadística conformarían el término de la “desviación” respecto del valor medio o “normal” o de consenso. Son los “diferentes” que, con su sola existencia, evidencian que la vida puede transcurrir por fuera de los carriles pautados por normas - para bien o para mal. En primer lugar, a los obsesionados o poseídos por cualquier forma del mal los asimilaremos a la cizaña de la parábola del campo sembrado con trigo – a modo de justificar su coexistencia con los chiflados buenos hasta el final, cuando aquéllos sean separados…
Estos chiflados, pues, son los entusiastas por cosas, ideas y valores trascendentes, por los cuales hasta ‘pierden la cabeza’, sacrificándose con alma y vida sólo para poder alcanzarlos.
Son los chiflados que viven según su propia naturaleza, fieles a su llamado interior, de la conciencia, y que, por lo tanto, son capaces de hacer caso omiso de ciertas reglas externas que son “norma” para la mayoría. Por lo tanto, considerados como ‘extraños’, ‘extravagantes’, con ‘pajaritos en la cabeza’…, incomprendidos.
Son inconformistas – en contra del pensamiento único del sistema dominante, que para el individuo le implica la imposición de un orden externo, i. e., el de las normas.
Con su sola presencia reivindican el reconocimiento de la diversidad de ser, de la otredad, el derecho a ser distinto; en fin, a ser lo que uno debe ser por “sí mismo”; a ser persona en plenitud - según su propia naturaleza.
Su misma existencia en la diversidad reafirma implícitamente la existencia de la sociedad ‘normal’ y, por ser parte de esta misma, la enriquece.
Son los hackers del mundo conformista y pragmático, manteniéndolo siempre permeable a esas “chifladuras trascendentes”, más allá de lo meramente material o utilitario.
Desfilan ante mis ojos los “chiflados”:
- por cosas buenas, altruistas, desinteresadas - por Amor;
- buscadores y cultivadores de la Belleza: poetas, escritores, músicos, pintores,
escultores… artistas en general
- por cosas buenas, altruistas, desinteresadas - por Amor;
- buscadores y cultivadores de la Belleza: poetas, escritores, músicos, pintores,
escultores… artistas en general
- que bucean en la Creación para descubrir sus leyes
- que procuran establecer la Justicia genuina
- que se afanan por encontrar la Verdad
- que contra viento y marea cultivan la Chispa de la esperanza en un futuro más digno
para la humanidad y en la cual sus propios “chiflados” gozarán de la merecida estima.
- que se afanan por encontrar la Verdad
- que contra viento y marea cultivan la Chispa de la esperanza en un futuro más digno
para la humanidad y en la cual sus propios “chiflados” gozarán de la merecida estima.
En fin, ¡Bienaventurados todos los chiflados por vivir según su propia conciencia, que gozarán de la armonía y paz por siempre!
Estanislao Zuzek
Cortito y al pie: ES GENIAL QUE EXISTAN/MOS LOS CHIFLADOS!!!
ResponderEliminarEsto sí que está muy bueno Estanislao!!! Realmente te felicito y si no tuviera los 30 (¿serán ese número aproximadamente?) años menos que vos parafrasearía a Marisa: ¡Este es mi chico! Y felicitala a tu hija por la belleza de esa pintura, veo que sigue con toda la creatividad a pleno!
ResponderEliminarExcelente, me encanto... y la pintura también, exquisita.
ResponderEliminarMe sumo a las congratulaciones, a vos, Stane, y obviamente a Irena también!! Y a seguir "chiflando"...
ResponderEliminar"Como un acróbata demente saltaré,
ResponderEliminarsobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!"
Son pocos los que se animan a saltar, a entregarse hasta el final a aquello que aman. Pero son los que muestran que vivir vale la pena.
"He venido a traer fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!" (Lc 12, 49)
La mayoría nos aseguramos que haya una red que nos contenga la caída o tener a mano algún matafuego, para que el incendio no se escape de control.
¡Gracias Stane, (como lo llama el otro esloveno) por empujarnos a animarnos a más!
Muyyyy buenooooo!!!excelente reflexión y escrito!!
ResponderEliminar¡Qué suerte que existen los locos, los que se salen de la norma, los que se animan a pensar y vivir diferente!!! Quizás los cuerdos sean ellos y nosotros los desquiciados...para pensar... ¿siempre hay tiempo para desabrocharse las ataduras?...