Tuve miedo
Y me escondí.
Tras pétalos abundantes
Embriagadores aromas
Huí.
Allí estabas
Y no quería verte.
Busqué nuevos mundos
Donde esconderme.
Navego en nubes
De coloridas suavidades,
En ellas me pierdo
Mañanas y tardes.
Huir es imposible,
Calle sin salida,
Acertijo indescifrable,
Camino de cornisa.
Pero siempre estás ahí
Me tomas de la mano
Y aunque mis dedos resbalen
Estarás allí esperando.
Mechi Palavecino
Mechi, me hiciste acordar a la oración de Newman
ResponderEliminar"Oh Jesús, ayúdame a esparcir doquiera tu fragancia"
El perfume es una lindísima imagen de Presencia: íntima, penetrante, mia y de todos a la vez.
¿Dónde esconderse de Ella?
¿Podemos vivir sin respirarla?
Mechi: Tu poema me hizo recordar a un poeta muy querido por mí que se llama Carlos Oquendo de Amat. En su poemario 5 metros de poemas, escribe:
ResponderEliminarTuve miedo
y me regresé de la locura
Tuve miedo de ser
una rueda
un color
un paso
PORQUE MIS OJOS ERAN NIÑOS
Y mi corazón
un botón
más
de
mi camisa de fuerza
Pero hoy mis ojos visten pantalones largos
veo a la calle que está mendiga de pasos.
ESO ES TODO. SENSIBLEMENTE LO RELACIONO.
Héctor
¡Cuánta belleza Héctor! ¡Qué maravilla! "veo la calle que está mendiga de pasos", los antiguos temidos fantasmas revelando su vulnerabilidad, su familiaridad en la indigencia.
ResponderEliminar¡¡¡Hermoso Mechi!!!
ResponderEliminarMaría Sol