Gustave Doré (Estrasburgo 1832-1883)
http://alfonsodelavega.com/
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Hay música en el aire. El que la capta no puede dejar de tararear esa
melodía. Caminando por la calle, esperando en un semáforo, en el medio de un
trabajo, ordenando la casa, aplastado en un vagón del subte: la melodía aparece
y es inevitable responderle. Ahí está la
clave: tararear es responderle a la música escondida detrás las cosas. La misma palabra onomatopéyica nos
habla de una correspondencia natural: tararear es cantar dócilmente en el coro
de las creaturas, sumando la propia voz a la armonía de lo real. Sin embargo no
está dicho que se tarareen sólo melodías alegres, al contrario, también
aparecen frases musicales que expresan
la nostalgia, el recuerdo de lo perdido, el dolor: “ Va pensiero, sull´ali dorate….L´aure dolci
del suolo natal”. Es esa melodía la que me suena en la cabeza cuando me
pongo nostálgica, cuando sé que el suelo
natal, más que un lugar físico, es un tiempo que ya pasó. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?”: eso escucho, en la versión cantada por las benedictinas el
viernes santo, eso repito con la garganta cerrada - como gemido apenas
audible-cuando el dolor me atenaza, cuando no le veo sentido a lo que me sucede, al mal que se hace presente. Duele, pero el
sonido interior hace fluir el llanto, lo eleva, lo transforma en algo que será escuchado de tanto repetirlo,
de tanto repetirlo.
Hay también una melodía espléndida que surge cuando todo toma la forma de
la promesa primordial, la promesa de amor, la promesa de plenitud: esa melodía
me aflora desde adentro, y esta vez sí se hace voz armoniosa, que llama a ese
coro de los que ven finalmente revelado, en ese momento de gloria, el proyecto
creador. La melodía que aparece en ese instante es la que imagino cuando veo
los grabados de Gustave Doré que ilustran El Paraíso de la Divina Comedia: es
lo que cantan los coros angelicales, con voz sublime, en un movimiento
perfecto, generando a la vez asombro y paz. El que tararea no inventa el canto,
al contrario: lo sigue, responde a la Voz que llama a cada uno desde la realidad.
Paola Delbosco
Muy buena reflexión, Paola! Me hizo recordar a esa sinfonía universal que aludían los pitagóricos y ver la realidad o la vida en esa clave ayuda a entender que todo tiene un sentido, que algo de lo que "tarareamos" ya está orquestado por un compositor anterior y la libertad que surge en seguir ésta o tal melodía, la que dicte finalmente nuestro corazón.
ResponderEliminarMuy musical el inicio de la T, la música en el piano de Martín, luego en el tango de Wimpi, en el tañer de Mimi y en estos coros angelicales que reflejan el amor providencial y nos piden que los sigamos en su tarareo.
ResponderEliminarLo imaginé Paola como una gran metáfora del dinamismo de la vida, seguir el ritmo, ajustar el paso, pasando insensiblemente del tarareo al baile. Como tus ángeles de la ilustración, una coreografía en que cada uno ocupa su lugar y contribuye a la belleza del paisaje que no estaría completo sin los hombres, aún en el lamento. La "música es el nombre del nombre de la Vida". Amén
Para los amantes de la música recomiendo esta película, para seguir con el tema del escrito: "August Rush"
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=MyZjKtisdzA
Besos
MS
Me hizo pensar al toque en una canción que dice: "Si hay melodía vibrando en cada cosa, como entonces yo no voy a cantar, si el mismo Dios, en trinos, ríos, viento, no afloja ni un momento su eterno tararear. Si vuela una canción, no es que alguien la cantó, de le escapó del alma. No busques quién la canta, si vuela una canción. Cada uno le da vida de la forma sentida que manda el corazón"
ResponderEliminarMUY BUENO, ME ENCANTO>
ResponderEliminarESTA PARTE MAS: “ Va pensiero, sull´ali dorate….L´aure dolci del suolo natal”. Es esa melodía la que me suena en la cabeza cuando me pongo nostálgica, cuando sé que el suelo natal, más que un lugar físico, es un tiempo que ya pasó. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”: eso escucho, en la versión cantada por las benedictinas el viernes santo, eso repito con la garganta cerrada - como gemido apenas audible-cuando el dolor me atenaza, cuando no le veo sentido a lo que me sucede, al mal que se hace presente. Duele, pero el sonido interior hace fluir el llanto, lo eleva, lo transforma en algo que será escuchado de tanto repetirlo, de tanto repetirlo.
No he de Pronunciar el tarareo,
Su canto silencioso
Es un Hilo de oro,
Suspendido en el seguimiento
De la inmanente conmoción de un retorno,
Hacia la espacial química de un juego
No he de cantar con dicciones
Las delatoras notas de un cálido intento.
MAX HUNICKEN
Es increíble como se acomodan las melodías a nuestros estados de ánimo y secretamente quedan combinadas por el llamado de nuestro espíritu a maridarse con la realidad.
ResponderEliminarMuchas gracias Paola!
Muy bueno Paola! Siempre pienso que menos mal que tenemos la musica que nos hace mas llevadera la vida cotidiana y se adapta y nos envuelve el alma,segun las circunstancias.
ResponderEliminarGracias
La música siguiendo los devenires del tiempo, las fibras de la realidad, es algo muy bergsoniano (ahora estoy haciendo la tesis sobre él y lo veo en todos lados, jajaja). Lo desafiante es que estar unidos (en "simpatía") a la realidad es estar abiertos a todo lo que tiene de profundo: lo bueno y lo malo, lo gozoso y lo desgarrador. Creo que encarnaste muy bien eso en tu imagen del "tararear". ¡Genial!
ResponderEliminarHalbwachs postula que, independiente de la dotación auditiva del oyente, hay dos formas de aprender a recordar los sonidos, una popular, la otra culta, y entre ambas no hay ninguna relación" . Prescindiendo de los sentimientos conflictivos que ha despertado, por razones muy diversas, esta dicotomía entre lo "culto" y lo "popular" en la música, lo que interesa desde la perspectiva de una sociología del tiempo, es destacar el papel fundamental que desempeña el
ResponderEliminarconocimiento del lenguaje musical como conjunto de símbolos visuales, o sea imágenes externas como soporte para la memoria (Bergson) . Por eso, Halbwachs insiste en que el lenguaje musical no es un instrumento "a posteriori" para fijar y comunicar a los músicos lo que uno de ellos ha imaginado espontáneamente, sino más bien al contrario. Es el lenguaje que ha creado la música. Sin las "posibilidades" de organización temporal que ofreció su codificación y su escritura, no habría sociedad de músicos, como no habría ciudadanía ni ciudadanos, sin leyes . Desde que la música ha adquirido independencia del texto y se desarrolla como una estructura autónoma de sonidos con mayor complejidad y exactitud en los siglos XVI y XVII (principio de la armonía), la actividad entera de la sociedad de los músicos depende esencialmente del conocimiento de la notación musical y de las posibilidades que ofrece.
Tomando por supuesto la afirmación de Bergson que para cualquier ser humano, los sonidos no se fijan en la memoria en forma de recuerdos auditivos, sino remitiéndose a esquemas activos o visuales externos del lenguaje musical, Halbwachs se pregunta ¿cómo recordamos una melodía cuando no somos músicos? Pues, buscando otros tipos de apoyos externos.
FUENTE:
TIEMPO Y MUSICA DE Joan Cuscó, Josep Soler ; [prólogo Albert Sardà]
Max Hünicken
Esto me sucedió el martes pasado en una pizzería. Un tipo más bien fuerte y jóven, en la mesa de al lado, estaba tarareando Dein ist mein ganzes Herz de Franz Lehar, a pesar de la música (espantosa) del lugar, a pesar de que le trajeron la cuenta sin la boleta que él necesitaba (ya estaba cerrado el sistema), y a pesar de que buscaba algo en su celular. Como esa música me encanta y me di cuenta de que la cantaba muy bien, me levanté y me acerqué a preguntarle si era cantante. Respondió que había estudiado en el Colón (oh!!!!) y ahí no más, sentado como estaba, se puso a cantar a voz en cuello esa área de opereta. Como yo estaba parada me puse a bailar y a agradecer con gestos. Pararon la música del lugar y todos escuchaban asombrados, incluso los de la cocina ya que todos se acercaron! Final: grandes aplausos. Yo me sentía que volaba y no pude prestar atención a nada más en todo el día. Oh! la música que se tararea......
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