Franz Liszt y el sueño del piano, Max Hünicken
En las pupilas
fogosas de la energía, en los morosos del valor; en las vehementes entregas del
alma yace nuestra hija, la música. Su marco de referencia ha sido la historia
de su autor, la vida de sus intérpretes, de sus creadores. Mas existió otra
historia que hostigó a la vida suma, a la vida del hombre sencillo. Ahora bien,
es pertinente adentrarnos en la historia que efectúa cortes, con el arte propio
de un cirujano, de un arqueólogo. Aunque antes amerita, remontarnos a Grecia,
allí el que con su ironía iba cultivando la mayéutica, y así el origen de la
tragedia padecía. Es que Sócrates nos embriagaba con su teoría: “El primer
camino fue posible para el antiguo Sócrates, si es verídica la leyenda, gracias
a la inspiración de su daimón, quien no le hablaba esta vez, como de costumbre,
disuadiéndole, sino a modo de exhortación: “¡Sócrates, cultiva la música!” (Sloterdijk, Peter,
El Pensador en Escena. El Materialismo de Nietzsche-DerDenker auf der
Bühne. Nietzsches Materialismus, Valencia, Pre-Textos, 2009, p. 120) Él debía
labrarla sin temerle al genio del mundo dionisíaco, pero confiado
de su ciencia, pensó que su filosofía era la música suprema.
Asimismo, Nietzsche
con su disgusto natural hacia el menosprecio de la música, por aquellos que la
consideraban tan sólo un bello accesorio, con vehemente declamación sigue
insistiendo con la vida que se humedece de melodías; la historia de nuestros
impulsos de subsistencia, al menos merece ser recapitulada y esperanzada con la
probidad de una venerable despreocupación: “Se nota en Nietzsche toda la
indignación de quien, especialmente con la música, se figura encontrarse en el
corazón del mundo, de quien halla su verdadero ser en el “hechizo del arte” (1,
452), y por eso lucha contra la actitud que considera el arte una bella cosa
accesoria, quizás incluso la más bella, pero sólo accesoria”. (Safranski,
Rüdiger, Nietzsche. Biografía de su Pensamiento, Barcelona,
Tusquets Editores, 2009, p. 117)
Justamente es aquella
cualidad, de historiadores apagados, indiscretos y con poco respeto
hacia los autores y hacia el ánima de sus respectivas
culturas. La vida se ve amenazada, menoscabada por ese cientificismo historicista:
Lo que vive deja de vivir en cuanto empieza a
diseccionarse; sufre los dolores de su enfermedad cuando empieza a
convertirse en objeto de las prácticas de disección histórica. Hay hombres que
creen en una reformada y revolucionaria fuerza sanitaria de la música alemana
entre alemanes: sienten con indignación y consideran como una injusticia
cometida contra lo más vivo de nuestra cultura que hombres como Mozart o
Beethoven sean sometidos a todo el bagaje erudito de lo biográfico y que, obligados
al sistema de tortura de la crítica histórica, se les exponga a responder a mil
preguntas inoportunas (Nietzsche, Friedrich, Sobre la
Utilidad y el Perjuicio de la Historia para la Vida (II Intempestiva),
Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 1999, p. 98-99).
Las preguntas
inoportunas han generado en muchas ocasiones, tergiversaciones e inclinaciones,
que son acentuadas con ahínco, por aquellos críticos de la música, como en esta
cuestión en particular, así también podemos dar ejemplos en el campo de la
literatura, y de toda disciplina que pueda ser acechada por esta patología de
la historia.
De este modo, nos
aproximamos a los arquetipos de la música, es decir, a la
nostalgia-memoria-pasión que se conjugan en Beethoven, sin dejar de reconocer
su genio, su ímpetu y la magnánima fuerza de su creación. Otro modelo estará
representado por Mozart, con tres peculiaridades de su música, la
frescura-olvido-infancia. Y por último, los impromptus, la improvisación o
espontaneidad-humildad-alegría, esta tríada es nada más ni nada menos, que
Schubert. Ahora bien, Ludwig representa y es configurado en esa tríada, por
aquella vida de agitaciones y tristezas, resentimiento hacia la vida que lo
golpeó en numerosas ocasiones, incluso privándolo del sentido del oído. Él fue
un memorioso de lo oscuro, de las armas que tuvo que pulir, para conquistar al
mundo. Su pasión fue una catarsis, como también su melancolía, capaz que su
atenuante resultara creativa, dado que, sus movimientos musicales eran tres en
las tan aclamadas sonatas: primer movimiento que nos remite a la presentación o
planteo del drama, segundo movimiento, el recuerdo de una derrota, la nostalgia
hablando por sí sola. El tercer movimiento, la victoria, la marcha triunfal, de
aquella tenacidad, empapada de temple, que no claudicó, pero padeció las
sombras de su pena, la soledad. El otro paradigma, es Mozart, una clarividencia
precoz, el infante que jugó con su inteligencia, que olvidó con su frescura,
las presiones que perpetuaban sus rivales. Y por último Franz Schubert, la
espontaneidad de una chispa divina, tan precoz como Wolfgang, humilde al haber
reconocido con su memoria, a sus dos modelos predecesores. Él miraba hacia el
pasado, porque encontraba su alegría en aquellos que se anticiparon en el
tiempo. No obstante, fue reconocido, hasta Ludwig, se deleitó al escucharlo. Y
como suele acontecer, murió prematuramente, allí estaba su sello: “El
joven y la muerte, y el otro, más simple, más verdadero, pobre Franz. Mozart es
un milagro; Beethoven, un combate. ¿ Y qué es Schubert? Franz, el pobre
Franz….. Schubert es Schubert y nada más. Su música se le parece: es él mismo
hecho música" (Comte –Sponville, André, Impromptus: Entre
la Pasión y la Reflexión, Buenos Aires, Paidós, 2005, p. 123)
Aquí se pudo apreciar
tres vidas, cada una de ellas marcadas por el arte, signadas por diferentes
historias personales, y así se exhibieron, constituyendo el impulso de la
memoria, el olvido y la espontaneidad. La música está contenida en la historia,
y ésta en la vida. En más de una oportunidad el arte imitó a la vida, y la vida
intentó remedar al arte. Ahora bien, se puede decir que: “la vida sin música,
es un error”, a decir verdad, la música sin vida no podría manifestarse,
irradiarse con su pathos, y ser rememorada por la cultura, por la emoción y el
ardor de una concreta humanidad: Que se regodea de una sublime combinación,
apelando al siguiente suspenso en el tiempo; La música es la sospecha
del tiempo, y su notación es la continuidad de un itinerante extrañamiento.
Maximiliano Hünicken Segura
Muy bien expuesto. Escrito que lleva a la reflexión. Es cierto , la vida, sin música, es un error. Debo decir que mi autor predilecto y al que leo es Rüdiger Safranski. Maximiliano, seguiré siendo una seguidora. Gracias !!!
ResponderEliminarConmovedor Max tu homenaje a tu querida música y los músicos.
ResponderEliminarTiene algo de gesto litúrgico por la entrega vital de quienes son sus elegidos. Hay algo de gravedad visceral en su contacto con el misterio y su capacidad de ser puentes a la experiencia del misterio.
Esa última frase en negrita sobre el extrañamiento itinerante y la sospecha del tiempo, me pareció genial. Es una formulación llena de la magia de lo poético, del hombre como ser fronterizo
gracias MARISA. BESO
ResponderEliminarGracias SEGUIDORA. RÜDIGER ES MARAVILLOSO, ESCRIBIO SOBRE NIETZSCHE, SCHOPENHAUER, SCHILLER, EL ROMANTICISMO DE LOS ALEMNAES, UN MAESTRO DE ALEMANIA- HEIDEGGER, EL MAL.
ResponderEliminarBESO
MAX
Me encantó el texto, siempre me preguntabas sobre la música japonesa, jejeje ahora entiendo tu obsesion por la musica y el tiempo, recuerdo que en el año 2008, en el curso de literatura Japones de la UBA, en la sede de Ciencias Sociales, ya te lucias con tu pluma.
ResponderEliminarun saludo Enorme de tu profesor de Literatura Japonesa
Dr: Miguel Sardegna
MUCHAS GRACIAS PROFE, CUANTOS RECUERDOS SE ME VIENEN A LA MEMORIA, MISHIMA, TANIZAKI, KAWAWATA, EL MAESTRO DE GO, EL AJEDREZ ORIENTAL.
ResponderEliminarQUE LINDO CURSO,
ABRAZO.
MAX HUNICKEN
Amigo del alma, hermano de la vida! Muy interesante tu escrito e imponente tu dibujo! Éxitos!
ResponderEliminarEnhorabuena, Máximo, por este texto que nos acerca a la música y a los compositores más importantes. Siempre me sorprende tu capacidad y manejo del lenguaje.
ResponderEliminarSaludos
Felisa Moreno
GRACIAS QUERIDA FELISA. TUS PALABRAS VALEN MUCHO PARA MI. ELLA ES UNA GRAN ESCRITORA ESPAÑOLA. RECOMIENDO QUE LEAN DE ELLA: LA ASESINA DE LOS OJOS BONDADOSOS.- Felisa Moreno Ortega (2012)
ResponderEliminarQUE NOVELITA
BESOS. LA VERDAD FUE EL MEJOR REGALO DEL DIA.
MAX HUNICKEN
JERE. alias TORITO, AMIGO QUERIDO COMO ANDA ESA ANTARTIDA. te hiciste un tiempo. GRANDE
ResponderEliminarCOMO TE EXTRAÑO AMIGO.
MAX HUNICKEN
Me dejas sin palabras..Despues de leer tu texto ,pienso que el mundo sería más y mejor habitable si en la educación se le diera a la música la misma categoria que a las matemáticas..Sentir y aprender...cerrar los ojos y diluirnos en ella : sentir que música y ser es una sola alma¡
ResponderEliminarMagnífico tu retrato-radiografía de Liszt..Si no le conociera,mirando tu dibujo, sabría quien es.
Un abrazo y enhorabuena¡
Maxi, me gustaría entender la música como la entendés vos. Me gustó el texto porque tiene una interpretación muy profunda sobre la misma. Me gustaría que un día nos puedas dar un curso sobre los grandes maestros. Creo que sería genial. Deberíamos organizar algo así como reuniones semanales. No sé ¿cómo lo ves?
ResponderEliminarLa cita de Nietzsche me pareció genial: " Lo que vive deja de vivir en cuanto..." y tu última frase también muy bien puesta: "La música es la sospecha del tiempo, y su notación es la continuidad de un itinerante extrañamiento."
GRACIAS OTRO ANONIMO QUE NO MANIFIESTA LA BELLEZA DEL ROSTRO.
ResponderEliminarjajaaj
debe ser BEGOÑA. por como saluda. ESE enhorabuena. bien español. ESPAÑA QUE LINDA GENTE.
BESO
MAX
Gracias HECTOR. NO TENGOM TIEMPO. el laburo me esta exprimiendo.
ResponderEliminarabrazo
MAX MHS
ANONIMA BEGOÑA. LA MUSICA ES METAFISICA HECHA CON LAS NOTAS DE LAS MATEMATICAS, Y LA ONDULACION DEL SENTIMIENTO.
ResponderEliminarLOS RITMOS. LOS SUSPENSOS. LAS CODAS. LOS SCHERZOS. TODO ESO SE HACE CON MATEMATICA
MAX
Espectacular Maxi! Entre la poética y lo apolíneo de tu prosa late la música hecha vida y la vida hecha música. Espectacular también la sensibilidad de tu dibujo!
ResponderEliminar1 abrazo!
GRACIAS SANTY. USTED TIENE QUE SEGUIR ESCRIBIENDO.
ResponderEliminarABRAZO
MAX HUNICKEN
Lo has adivinado Máximo¡¡soy Begoña anónimo..Discúlpame¡Esto me lleva a otra refexión: que grande es el idioma que compartimos.A tí te permite escribir de esa forma maravillosa en que lo haces y al mismo tiempo ,por la forma de expresarme yo ,descubrir que es una española quien te lo envía..
ResponderEliminarBesos y de nuevo enhorabuena¡
Begoña Hernández Batista.
gracias A TI BEGUY, YO VIVO JACTANDOME DE LA CULTURA ALEMANA, PERO SI METEN EL DEDO DENTRO DE MIS HERIDAS, VERAN QUE MI ALMA ES ITALIANA, ENTRE FILIGRANAS DE UN CENTELLEO ESPAÑOL. DESAYUNABA SERRAT CON MI MADRE, ALMORZABA JULIO IGLESIAS, Y CENABA PERALES.
ResponderEliminarSOY UN NIÑO ESPAÑOL, QUE QUIERE CANTAR COMO UN ITALIANO
ME HICISTE LLORAR
MAX
Enhorabuena por este extraordinario texto que nos acerca a la música y sus compositores. Siempre pensé que si se le diera más importancia, en la educación, a la música el mundo sería diferente. Ni nosotros mismos, a veces, somos conscientes de lo que la música nos puede enseñar e inspirar,yo lo descubrí hace años en un concurso que se hiciera en el centro donde estudiaba.
ResponderEliminarEl dibujo que le pusiste me parece magnifico
Un saludo Max
GRACIAS MARIA. ME ALEGRO QUE TE HAYA GUSTADO. ES CIERTO, EN NUESTRA EDUCACION, DEBERIA PRIMAR CON TANTA IMPORTANCIA EL CULTIVO POR LA MUSICA.
ResponderEliminarMAX H
Me gustó mucho Max!
ResponderEliminarSe ve que te apasiona la música.
Está muy bueno el análisis entre autor-vida-música y tiempo.
Un gran abrazo!
gracias MANU. si creo que no cabe duda alguna que AMO LA MUSICA.
ResponderEliminaresta buena la secuencia que indicas,
ABRAZO
MAX H
“la vida sin música, es un error”, a decir verdad, la música sin vida no podría manifestarse (...) maxi me encantó tu reflexión sobre la musica coincido mucho...
ResponderEliminarAl final.. te haces el malo y sos un caramelo....
Melisa
JAJAJA. NO PUEDE SER!!!! MIRA VOS MELISA, NO TENIA TAN SENSIBLE.
ResponderEliminarBESOOOOOOOOOOOO
SOY HARRY EL SUCIO. no soy tan malo. pongo cara y gesto de malo.
MAX H.