jueves, 19 de julio de 2012

Luz (Angeles Smart)

Diego Rivera, Niños pidiendo posada.






      PALABRAS EN LA NOCHE:
      Creo que tenía 13 años. Increíblemente ya tenía conciencia de uno de los conflictos más difíciles que atravesaba mi vida y aún hoy la sigue complicando. Entré a la Catedral de San Isidro la noche de Vigilia Pascual buscando sin saber qué, tal vez sólo poder hablar de lo que nunca se habla. Hoy después de casi 30 años, en los tiempos difíciles, sigo recordando y citándome para mí misma aquellas palabras que iluminaron no sólo mi joven confusión, sino toda mi vida adulta.
     LUCES EN EL CAMINO:
    Desde ese día supe qué es la sensatez, el sentido común, el compromiso con el otro y la experiencia de lo humano. Sin grandilocuencias y sin abstracciones;  con un sagrado respeto por el sentido de toda vida y el misterio de la libertad. A lo largo de estos años volví a encontrarme, en momentos espaciados por la distancia, con el sacerdote devenido obispo, siempre pastor, comprensivo y de una inmensa sabiduría.
    PALABRAS EN LA NOCHE:
    Estas ya no comunican y no se percibe ningún destello. Demasiadas palabras que sólo denuncian, acusan, señalan. Alguien que siguió, acechó, espió, husmeó, registró. Seguramente una de las cucarachas del planeta de Ferrari. Lo que pertenece a la intimidad y a la conciencia personal está en boca de todos, publicado y comentado. Cierto mundo y cierta gente definitivamente ya no me gustan. La oscuridad es más negra que la noche.
  Sin embargo la luz me sigue llegando, como siempre, desde el mismo rostro amigo, aquél que desde mis 13  años me cuenta de la comprensión, del perdón, de la esperanza.
 .


                               Ángeles Smart
                                            Bariloche, julio del 2012.


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