Los lagos me traen lindos recuerdos. Me gustan mucho la serenidad y el
paisaje que los rodea. Cuando era chico, pescaba tarariras en los lagos de
Palermo. En el del Parque Tres de Febrero había incluso un carpincho, que vivía
en la isla. Al anochecer salían las nutrias.
Pero, en peregrina asociación de ideas, recuerdo que ‘lago’ fue una de
las primeras palabras francesas que dije en Francia. Es verdad que yo leía bastante
bien, pero tenía un conocimiento puramente libresco. Mi parada en Burdeos, con
el tour de mi primer viaje a Europa, fue en un hotel de las afueras, al lado de
un lago. Como llegamos de noche, después de instalarme salí a recorrer el
lugar. En la recepción del hotel pregunté a la señorita, en la lengua de
Lamartine: “¿Dónde está el lago?” Me respondió: “El lago está allí, enfrente.”
Ya sé que ese diálogo mínimo no me calificaba como experto, pero me puse
contentísimo de poder tener ese mínima comunicación. Y rumiaba en mi interior:
Ô
lac ! l’année à peine a fini sa carrière,
Et près des flots chéris qu’elle devait revoir,
Regarde ! je viens seul m’asseoir sur cette pierre
Où tu la vis s’asseoir !*
*Lago, apenas el año ya concluye su curso
y muy cerca del agua donde yo le di cita,
mira, vengo a sentarme solo sobre esta piedra
donde ayer se sentaba.
Et près des flots chéris qu’elle devait revoir,
Regarde ! je viens seul m’asseoir sur cette pierre
Où tu la vis s’asseoir !*
Raul Lavalle
y muy cerca del agua donde yo le di cita,
mira, vengo a sentarme solo sobre esta piedra
donde ayer se sentaba.
Esta vez sos vos el que se puso "finoli" Raúl.
ResponderEliminarQué belleza el francés. A mi también me ha pasado eso de sentir como que hacia "magia" cuando me podía comunicar en otro idioma con alguien.
Y si hablamos de lagos, de los que yo conozco, el que se lleva todos los premios es el lago San Martín en la provincia de Santa Cruz.
"Cuando era chico, pescaba tarariras en los lagos de Palermo."
ResponderEliminarEn serio Raúl? Yo soy aificionado a la pesca y también he ido a pescar a esos laguitos de chico, fue como una escuelita...
Son tan lindos los lagos... A mí nadie me cree que prefiero mil veces nadar en un lago helado del sur que en el mar más tibio. El agua dulce, transparente, silenciosa justifica el frío al cual con el tiempo uno se acostumbra.
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