Cuán
triste es ver a alguien triste; pero creo que es aún más triste que alguien
esté triste porque nadie lo ve.
Y
nadie, no es precisamente alguien.
Es
NA-DIE.
Ella
tenía ojos afiebrados. Ojos tiernos y tranquilos.
Era
una mirada que buscaba un cómplice, un espejo, una caricia, una atención…quién
la viera.
Ya
desesperanzados de ser encontrados, dormidos y escondidos entre los pliegues de
su roñosa bufanda, estaban aquellos ojos sin rumbo y aquella boca fina que
alguna vez en la infancia fue feliz y sonrió.
Aquellos
ojos eran como dos botones descocidos de un rostro afectado, que aunque emanaban
mil aguas, no gritaban más que sed.
Hambre
tenía esa mujer; y el frío era su fiel amigo que la acompañaba en esa esquina.
Era
un frío cortante y seco, el cual le enseñaba día a día que vivía, que sufría y
le recordaba que tenía un dedo gordo en el pie, que atrevido el gordito y
sucio, se le escapaba de su frazada agujereada; tan agujereada como su alma. Un
alma que despedía una gota, dos gotas, tres gotas…y así, su alma fue
desapareciendo.
Ella
se parecía más a una estatua, y como tal, era tratada por quienes a su lado
paseaban.
Que
angustia no ser vista.
No
ser vista es angustia.
¿Ser
vista es la felicidad?
Cuando
vemos, imitamos.
Nos
reflejamos.
Vemos
algo…
Que
pasa a ser un alguien cuando vemos sus sentimientos y los imitamos.
Clemencia
Campos
Cuánta ternura hay en todas esas imágenes Clemencia. Lo que describís es muy tremendo pero cuando uno lo va leyendo siente que tu mirada de algún modo empezó a reparar tanta dolor. Tu texto comienza a realizar eso que decís al final, "que pasa a ser alguien cuando vemos sus sentimientos y los imitamos".
ResponderEliminar(En este momento que escribo el comentario con la panza llena, calentita en mi casa y de vacaciones, me siento muy avergonzada por simplemente pensar y escribir...)
PD: ¡Me encantó lo del "dedo gordo" atrevido! Típico tuyo encontrar esas salidas de humor en situaciones tan áridas.
Muy sensible y bien expresado.
ResponderEliminarQue realidad mas cruda y dolorosa, realmente me conmovió profundamente,y como decis que importante es mirar pero mas importante aún es ver, lo de afuera y mas lo de adentro, es lo que siempre nos dice mi admirada Teresa de Calcuta.
ResponderEliminarGracias por recordarnos que debemos ver en el otro a un alguien.
Hay que animarse a escribir sobre realidades tan tremendas! Pensar que hay gente que cuando pasa al lado de una mujer como la que describís, siente lo mismo que si pasase al lado de un perro de la calle. Hay que luchar para no acostumbrarnos al paisaje urbano y ver en todo indigente a un verdadero 'alter ego' que no tuvo nuestra suerte y que nos está reclamando la mirada y la atención.
ResponderEliminarMuy bien escrito!
me encantó clemen. No hay nada más triste que la tristeza que no es percibida, vista. El otro pasa a ser alguien cuando lo reconocemos con nuestra mirada como un alguien. Muy bien escrito!
ResponderEliminar