“Perros de la sarna” (2012) Diseño: Mc Ishi
Ilustración: Tomás Makishi
En esta ciudad,
los perros con
sarna
lamen sus heridas
en público
y deambulan por
las calles
buscando qué comer.
En otros lugares,
leyes municipales
obligan a matarlos.
Pero aquí, son
una raza inexpugnable
como vacas sagradas hindúes
en medio de la
decadencia.
Aparecen por
todos lados,
impregnando su
hedor de carne muerta
en las veredas y
grandes avenidas.
Si esto sigue
así,
una epidemia
mortal brotará
sin piedad en
esta urbe cerca del puerto.
La Muerte se erigirá sobre la Plaza Central
y nuestros ojos
se habituarán
a los muchos
muertos de todos los días...
No habrá
escándalos, ni bullicios,
todo en silencio
se irá
derrumbando hasta que al fin,
una lluvia de varios días
se llevará la
peste
y los planes
para una nueva
urbanización
estarán listos...
Héctor Makishi Matsuda
¿Un escrito profético? Señala en el presente el inevitable derrumbe futuro y anuncia una nueva civilización. Pero la peste esta dentro de nosotros, (de todos nosotros) ¿quién podrá edificarla? ¿Será el incio de un nuevo ciclo en que volverá a triunfar la Muerte?
ResponderEliminarMe imaginé todo lo que relatás Héctor. Me gustó mucho; una historia mágica hablando con gran crudeza de la realidad frente a nuestras narices.
Lindo acertijo... La clave está en saber ¿quiénes son los perros sarnosos? Parece que no somos todos, porque hay gente que aún no está infectada en el poema y cabe incluso la posibilidad de exterminarlos...
ResponderEliminar¡Qué misterio! Me pregunto si yo seré uno de ellos...
Me gustó mucho el texto Héctor! Pensé mucho en "La Peste" de Camus. Allí también están cerca del agua y en Cuarentena.
ResponderEliminar¿Qué pasará cuando todo se derrumbe?
Hola Héctor, me pregunto, si tuvieras que extender el relato, si lo ubicaríamos dentro de una narración utópica o una dystópica. La nueva urbanización, ¿sería un lugar de felicidad y encuentro (eutopía)o una más de las administraciones de la muerte?
ResponderEliminarEsto me parece ya salió en alguno de tus escritos, supongo lo que me contestarías implicaría mucha esperanza en el futuro, pero como ya alguna vez te lo dije, qué tremendas son tus imágenes, desde ahí parece no hay salida. Y ahora los perros con sarna... tremendos!!!!
Querida Gente:
ResponderEliminarEl poema nació cuando vivía en Guayaquil, y me era muy frecuente cruzarme con algún perro sarnoso por la calle. Y eso me sorprendía mucho, al punto que llegué a imaginar que esos perros de la sarna eran seres humanos víctimas de un maleficio que los había dejado en esa situación, y que poco a poco, silenciosamente, planeaban aniquilar a toda la ciudad. Luego, esa imagen viró hacia los políticos corruptos e inútiles que mostraban con desfachatez sus miserias "a plena luz del día", comenzando por Correa hasta los más inverosímiles representantes de la Democracia. Ahora esto mismo se puede trasladar a nuestro entorno político más local, con seguridad. Pero creo que más allá de lo político, prefiero la explicación mitológica de los hombres convertidos en perros sarnosos y su conspiración a aniquilarnos, por contagio de su propia miseria.
Ahora, AnquiZ, vos me preguntás ¿hacia dónde se dirige el relato? Es ambiguo: la lluvia es esperanza y purificación pero el planeamiento de una nuvea urbanización es más frívolo y sufperficial como el Pruit Iggoe. Así que no hay respuesta acabada...
bue! entonces espero a la Q a ver si hay algo más definido! ja!
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