https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji04v9M0cRIKAhLLYg96vBm-jGDaOalgxJMysGY-rZW-yiK8WF3t0yhjK9zxCgzIJ9CvtVqLyPpeGUakALNR51ydWnrhqUs2CLCWg4asNI_1f_4jk9FVWKv1ZLcQv7DLoZa_ZhmMC9bF4/
Ahora no
tengo monedas
no
ahora no
tengo tiempo
no
no tengo
tiempo
para
otros
para
rostros
no
sólo voy
vengo
paso
vuelo
no puedo
yo
no
no tengo yo
tengo que
El
Estado, él
sí
sí puede
es
poderoso
tiene
hace
sí
yo no
no tengo
no soy
voy
no
Guillermo Barber Soler
¡Muy bueno Guillo!
ResponderEliminarEsa línea de fuga que presentás en forma y contenido como radiografía del estado de "propulsión solipsista" en que ¿vive? el hombre contemporáneo.
La anorexia del aislamiento indiferente.
Ah!!! me dan ganas de parar ese disco rayado!!!!
ResponderEliminarMuy bueno!
Muy bueno. Pero que desesperante es la indiferencia y al egoismo generalizado.
ResponderEliminarGracias.
Sí, es desesperante. Pero ya no sé si es tanto "egoísmo". Muchas veces es lo contrario. El "yo" se ha perdido, ya no tiene poder. ¿Qué dar si no tenemos nada? "yo no tengo, tengo que". El deber, las obligaciones, el orden social/político/económico rígido, que nos ha subsumido, nos impide la caridad espontánea e inmediata del don. Trabajamos para el Mercado, trabajamos para el Estado. ¡Que ellos se encarguen de los que sufren! ¿Qué podemos hacer nosotros, los que no somos?
EliminarMuy bueno, Guillo! Tiene un ritmo que desespera. Qué giro político!
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