Botticelli, El nacimiento de Venus
http://www.culturageneral.net/pintura/cuadros/el_nacimiento_de_venus.htm
De pronto me volví más vulnerable que de costumbre
y me sentí alegremente invadida por una palabra magnífica: “natalidad”. No creo
que sea una especie de paranoia, pero realmente la encuentro por todos lados.
No crean que soy obstetra ni mucho menos. Seguramente se trate de una
revelación. Aunque en verdad no es nada nuevo. Como sea, me gusta expresarlo
como un “modo viejo de ver un hombre y mundo nuevos”. Frente a nostalgias de
pasados gloriosos y hastíos de presentes inquietos, me queda siempre la
esperanza de lo nuevo. He decidido no dejar que lo que está, ponga freno a lo
que puede ser. No permitiré que el aire viciado de la sala de espera contamine
las bocanadas de aire puro que podré respirar abriendo las ventanas. Dejaré
atrás prejuicios de niña y empezaré a hablar con los desconocidos. Recorreré
grandes ciudades sin mirar mapas; me comunicaré con muchos aún sin saber sus
lenguas. Pues bien, llegará entonces el día en que habré podido superar muchos
de mis propios límites. La tábula volverá a ser rasa. Yo habré vuelto a nacer
en cada acto consciente. Me habré vuelto un alma activa en la historia, y no un
simple pasajero de los tantos que viajamos en el mismo tren. Habré dado a luz
miles de realidades nuevas, tal vez imperceptibles. Y tras haber sentido el
gozo de estar viva, no podré sino rendirme a los pies de mi libertad.
Eugenia Varela
Muy lindo el halo mágico con el que vas describiendo la libertad que poseemos. ¡Muy lindas imágenes!
ResponderEliminarMuy buena tu reflexión Eugenia. Creo que responde al espíritu de esta época en que el hombre quiere ser protagonista y siente su vida más que como libertad como destino. Me hizo pensar en la posibilidad de que Gregorio Samsa (La metamorfosis) o Berenguer (El rinoceronte) se rebelaran y se negaran a seguir representando el papel a que los habían conminado.
ResponderEliminarMagnífico! Es el poder creativo del hombre que se va realizando a sí mismo en cada paso a través de la apertura a lo nuevo, a lo trascendente y comprometedor.¡Gracias por tu reflexión!
ResponderEliminar¡Gracias Marisa por ilustrar esta pequeña "sensación" más que reflexión! Claro que detrás estaban San Agustín y también Hannah Arendt como bisagras. En ellos encontré un lugar donde reposar. No puedo dejar de sentirme maravillada por este magnífico don. Y si bien "ser libre" nos "carga" con el "peso" de la responsabilidad. Es la posibilidad de la noveda, del cambio de rumbo, de sentir que volvemos a nacer con cada elección que decora nuestro modo de ser humano en nuestro paso por la vida.
ResponderEliminarMe gustó mucho! Me parece un giro raro e interesante cuando decís que después de recorrer todos esos caminos volverás a ser una tabula rasa. Uno pensaría que después de eso ibas a decir algo como que estaría llena, abarrotada, pero no, vuelve a estar en blanco para ser libre. Me encantó eso! Me hizo acordar mucho a algo que dice T.S.Elliot:"No dejaremos nunca de explorar, y al final de nuestra exploración volveremos a donde empezamos y conoceremos el lugar por primera vez"
ResponderEliminarMe encantó. Me hizo pensar en la libertad al fin reconocida y puesta en acción, como yo quiera, soy libre, lo aprovecho y lo disfruto.
ResponderEliminarGracias.
¡Gracias Ignacio, Guillermo, Marisa, Teresita y Marcela! Me alegra haberles podido transmitir esa profundidad e inmensidad que brota del sólo hecho de pensar la libertad. ¡Ni hablar si se trata de "vivenciarla"!
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