Lydia Zubizarreta, Mirada.
Acuarela
"Lo esencial es invisible a los ojos."
El principito.
Antoine de Saint Exupéry
“Mirar con ojos de pintor” recomendaba Paul Cézanne. En cambio, en el caso del dibujo el artista se basa en el análisis, es sensible y a la vez racional. La recomendación de Cézanne es mirar con la mirada pura, directa, sensible, sin interferencias del razonamiento. Es una mirada iluminadora. Para mí, la mirada de pintor consiste en abandonarme a lo que mi mirada me trasmite. Entrar en diálogo íntimo.
En “La vida de los otros”, película alemana del año 2006, la historia se desarrolla en Berlín Oriental antes de la caída del muro. El personaje central es un agente de la Stasi, policía política de la denominada República Democrática Alemana. A este personaje se le encomienda el seguimiento de un dramaturgo y su entorno de relaciones, un grupo de intelectuales que discuten sobre arte y pensamiento. Son humanistas y librepensadores. Sin darse cuenta, el agente va dejándose influenciar. De vivir para ser un instrumento a las órdenes del partido, pasa a ser una persona sensible e independiente. Fue la mirada, en el sentido amplio de la palabra, lo que obró en él. Me conmovió mucho.
En “La ventana indiscreta”, película de Alfred Hitchcock del año 1954, un fotógrafo está en silla de ruedas con la pierna enyesada debido a un accidente. Pasa las horas en su departamento mirando por una ventana que da al corazón de manzana. Desde allí observa los movimientos del vecindario. Algo le llama la atención de su vecino de enfrente. Sospecha que se trata de algo grave. Registra todo, valiéndose, incluso, de unos binoculares y de su cámara de fotos. Esta mirada continua y concentrada lo lleva a la acción, y él, James Stuart, y su novia, Grace Kelly, (ambos un placer para nuestra mirada), se involucran en los hechos. Una mirada ociosa los acercó al crimen y a la muerte.
Puedo comparar la mirada de “La ventana indiscreta” con la mirada interior que examina cómo anda mi vida, la que hace un examen de conciencia, la que analiza mis movimientos y mis intenciones. La otra mirada, la mirada de “La vida de los otros” me estaría dando un panorama de cómo está mi vida interior, si se conforma realmente a mi ser.
La mirada pura, directa, que ilumina, a la que incitaba Cézanne, se puede comparar a la mirada del amor, la que nos afirma en la existencia y nos mantiene con vida.
Lydia Zubizarreta
Muy lindas tus diferentes miradas sobre la mirada, Lydia.
ResponderEliminarLos distintos ángulos desde los que la contemplás, me hacen pensar en la íntimas relaciones que se establecen entre la agudeza de la percepción y la densidad de la vida personal. Hay una oración de Laudes en la que el que reza le pide a Dios: "Protege mi vista agudizándola para que no absorba vanidades."
Siempre me conmovió esa confianza no sólo en nuestra capacidad humana sino en la riqueza del paisaje en el que estamos viviendo.
Muy valioso tu comentario, Marisa, y si.... "Proteje, Señor, nuestra mirada" y que aprecie el rico paisaje. Me interesó especialmente eso que decís de la densidad de la vida personal y la agudeza de la percepción. Te agradezco, como siempre, tu pensamiento.
EliminarSu visión sobre las miradas me encantó. Me impactó en particular la conclusión: "La mirada pura, directa, que ilumina,... se puede comparar a la mirada del amor, la que nos afirma en la existencia y nos mantiene con vida." ¡Gracias!
ResponderEliminarGracias, Estanislao, qué bueno compartir en este espacio, ¿no es cierto?
Eliminar"La mirada pura, directa, que ilumina, a la que incitaba Cézanne, se puede comparar a la mirada del amor, la que nos afirma en la existencia y nos mantiene con vida." Linda y profunda descripción de la mirada de Dios... de la mirada del Padre sobre su hija... =)
ResponderEliminarSi, Mili, justamente a eso me refería. Muchas gracias, Lydia
EliminarSimplemente bellísimo.
ResponderEliminarTanto la pintura como el texto transmiten la pureza (y simpleza) de esa mirada que mencionás.
¡Gracias!