sábado, 11 de febrero de 2012

Gol (José Manuel Flores Eudave)






El fútbol es un deporte que practicamos y vemos una parte importante de la población en todo el mundo. En países como el que habitamos, se respira el fútbol en el vivir diario de sus habitantes: fútbol, tradición, aspiraciones y cultura caminan casi de la mano. Vivido así, el fútbol puede convertirse en un mito extraordinario que engloba, descubre y relata las historias épicas que han llenado de gloria a todo un país. Los personajes y las historias cambian, pero no el núcleo mítico y glorioso. Eso que una nación necesita para revitalizarse y  sentirse orgullosa de lo que es, de lo que tiene, de lo que ha logrado, para buscar desplegar su propia identidad. Odiseo y Eneas… Maradona y Messi. Cómo interpretar los dos goles del 10 a los ingleses en el ´86. No es acaso una historia épica cuasi-mítica de un héroe que venció con sus habilidades futbolísticas, uno por uno, a esos soldados ingleses, haciendo justicia ante los poderosos… Historia digna para una buena tragedia de Sófocles en donde la justicia siempre prevalece. Esta leyenda quedará en el tiempo y pasará de boca a boca a través de las generaciones. 


Sin embargo, el fútbol también puede  ser  sobrevalorado  por fanáticos,  seres que encuentran en su devoción, un clamor cuasi-religioso al que se entregan ciegamente como en una especie de fatalismo. Estos seres  ven en  el fútbol como a un absoluto,  todo se justifica en vistas de ese todo.


 En su contraste, el fútbol es también  desestimado con indiferencia por muchos, en realidad por muchas, en realidad y sobre todo, por las esposas de esos que mencionamos arriba. Estas cansadas mujeres  sufren cada fin de semana  pues saben que su marido va a tener  una metamorfosis  que lo va a convertir en una especie de zombi enajenado que sólo responde ante estímulos futboleros y permanece inerte ante cualquier otra realidad física o espiritual. Pobres mujeres, el “fútbol para todos” las mató.


Pero vamos a tratar de buscar una cierta armonía. A los que nos gusta el fútbol y lo practicamos, sabemos que quizá es incomunicable la experiencia cuasi mágica  que se experimenta al jugarlo. Cómo explicar lo que significa hacer un gol, es algo inefable. Es como una intuición poética o como los ángeles,  cada uno es en sí mismo una especie, irreductibles a cualquier otro gol por más que haya sido similar. Cuando uno convierte siente su espíritu rebosante, vivo, gritando al cielo “GOOOOOLLLLL...” las venas se hinchan, el corazón late con insistencia, los pulmones se llenan de pasión. La vida cronológica se detiene y se hace eterno el momento  oportuno… Un gol es un pedacito de gloria…. Y qué decir de aquellos que valieron un país…





José Manuel Flores Eudave






8 comentarios:

  1. Querido José: Sartre alguna vez dijo que "el fútbol es una metáfora de la vida" y así lo creo. Nosotros somos fútbol y eso nos hace ricos. Yo, de hecho, sigo a mi equipo con fervor.
    Sin embargo también creo que aplicarle el tono de épica (con batallas, héroes, etc)como tantas veces se escucha nos hace correr el riesgo de derivarle al fútbol aristas, responsabilidades o metas que no posee y a las que tampoco debería aspirar.
    En el famoso partido que evocás lo de Maradona fue una genialidad descomunal, sin dudas. Pero es un juego. Muchos -recuerdo- decían que por favor pase la pelota porque se la iban a sacar. También recuerdo que terminamos con todo el equipo "colgado del travesaño" porque el partido se puso 1-2 y no había forma de parar al adversario.
    Es un juego, no la guerra.

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    1. Ignacio: Gracias por comentar! Creo como vos que no se le puede adjudicar al futbol lo que no tiene o lo que no puede dar. Sin embargo, creo que es una realidad que está ahí y no se puede pasar por alto. La forma como se vive acá el futbol es única. Se vive con mucha pasión, el futbol atraviesa la vida de la gente, creo que es parte esencial de la cultura.
      En México aunque no hay tanta cultura futbolera como acá, sin embargo en categorías menores se han logrado campeonatos mundiales. Me acuerdo que cuando se consiguió ganar un mundial en el 2005 del equipo Sub-17, la relevancia y la significación para todo el país fue única. Llamaban a los pibes los “Niños Héroes”, en referencia a personajes simbólicos de la historia de México. Fue un momento muy especial para el país.
      Mi intención con este escrito no era comparar esta hazaña futbolera con una revancha bélica, simplemente creo, sin haber vivido ese gol de Maradona en el 86 y sin ser argentino (es más nací dos años después), creo, como dice Ángeles más abajo, que ese gol es algo más que un gol y esa victoria algo más que una victoria, y Maradona algo más que el mejor jugador del mundo. No crees que ese momento de gloría era algo más que un partido de futbol?

      Un saludo.

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  2. Muy bueno José! no soy nada pero nada footbolera pero ese partido con Inglaterra me quedó grabado en el alma como la merecida revancha después de la guerra de malvinas. Fue sólo un juego, tenés razón Ignacio, pero en su momento fue algo más. Con Malvinas era chica pero sufrí tanto el dispar y rídiculo enfrentamiento que cuando ganamos este partido inmediatamente lo asocié como algo que nos merecíamos, supongo que no fui la única iluminada. Vuelvo a repetir que no tengo nada de nada que ver con el football ( y de hecho comparto con Ignacio la indignación por las atribuciones rídiculas que se le hacen) y como muchas mujeres sólo miro los partidos del mundial sin entender nada. Cuando en el último perdimos contra alemania, los odié como nunca: no sólo a Kant y al circulo de Viena en Berlín, también a mis respetados Husserl y miembros de la escuela de Frankfurt!

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    1. Gracias por el cometario Ángeles! Me imagino que ese partido contra Inglaterra debió ser muy especial!
      Que mala onda que no entiendas nada de futbol, a veces es cuestión conocer y de tener un cierto seguimiento, igual, el romance es entre el futbol y nosotros. Creo que con las mujeres no hay tanta onda.
      Pobre Escuela de Frankfurt y pobre de Husserl que tuvieron que pagar los platos rotos por ese partido.
      Jajaja… ojo que yo también los odié a ustedes en el partido anterior que nos eliminaron 3-1. (Buuuuu), pero bueno, acordate que solo es un partido de futbol, jajaja.
      Un saludo.

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  3. Respeto muchísimo y hasta admiro todos los deportes, las hinchadas y todo el colorido alrededor, obviamente en su justo límite. Y sigo al equipo nacional en sus partidos y mundiales. Muy bueno tu texto José, tenemos un 'Manifiesto' para el equipo de Filosofía y Letras, auspiciado por nuestra querida profe de Griego, jeje..

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    1. Gracias por comentar Lucas! Sí, cada cosa es buena en su justo límite. Los problemas creo que surgen cuando se asocian al futbol temas como la política, la corrupción, el fervor ciego y la delincuencia.
      Podríamos hacer un manifiesto filosófico-futbolero?
      Nos vemos che.

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  4. A mí me encanta cuando mi hijo Lucas, se apasiona con los partidos de Boca o del Barcelona. Me gusta verlo entusiasmado. No me molesta cuando ven los partidos en casa. Paso y miro de reojo, yo también quiero que gane Boca. jajaja ¡Es rarisimo lo que despierta el fútbol! ¡Y ese relato de Victor Hugo!
    Tu "gol" José, es algo así como "el primer analogado del kairós"

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    1. Profesora: gracias por comentar! Sí, despierta emociones únicas. Entiendo perfectamente a Lucas. Me acuerdo que cuando tenía 12 o 13 años y veía jugar a mi equipo, el Cruz Azul, mamá me decía asustada: José Manuel, qué es eso?... tranquilízate que te va a dar un infarto.
      El tema es que saltar de emoción por un gol o que el corazón se aceleré después de una jugada peligrosa o decir una que otra puteada es algo inevitable cuando uno ve jugar al equipo de sus amores. Uffff es una emoción fuerte!
      Un gran saludo!

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