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(Ilust. blog)
Giró, me miró con rabia y se fue sin
decirme nada cerrando la puerta de mi cuarto de un portazo. Yo muda, con la
cuchara en la mano.
¿Cómo podía
saber que le iba a molestar que me comiera el flancito? ¿Acaso todas las cosas que hay en la heladera de mi casa
tienen nombre y apellido? No, ¡no! Entonces, de nuevo, ¿cómo podía yo adivinar
que ese flancito no me lo podía comer? ¿No se supone que en la convivencia
familiar todo es de todos? Obviamente gastronómicamente hablando. Lo que está
en la heladera es propiedad de TODOS. Sí, de todos y es la ley de la selva: el
que llega primero se lo queda.
Lo peor de
todo es el silencio, prefiero que me insultes, que me grites, pero que no me
digas nada…. me llena de inquietud, de culpabilidad. Es cierto, tal vez tendría
que haber preguntado antes, porque no suelen haber flancitos en la heladera, tal
vez lo habían comprado así como compran de vez en cuando una coca cola… pero
bueno, al fin y al cabo es un flancito. Fue un momento de necesidad, de querer “algo
dulce”…debilidad, antojo… es un flancito che…
El silencio
fue más fuerte, salí y le compré otro. Se lo dí, y no le dije nada, a ver si la
inquietud y culpabilidad la visitaban.
Cosas propias de la convivencia familiar ¿no?
Lucia Nazar Anchorena.
¡Jajaja! Me encantó Luli. Me imaginé toda la escena. ¡Y la venganza final! ¡Genial!
ResponderEliminarGracias por compartir esa experiencia traumática.
Me voy a solidarizar con quien fuera el dueño original del flancito! cuando aparece algo inesperado en la heladera o en la alacena, hay que preguntar antes de agarrar!! jajaja!
ResponderEliminarTe infiltraste en mi casa??? jajaja!! La familia, uno se pelea por estas cosas chiquitas, pero siempre sabés que se tienen el uno al otro y que se bancan en todas.
ResponderEliminarmuy bueno!!
Muy divertido, Luli. Es tal cual como lo describís. A parte, muy fresco todo el relato. Un buen momento...
ResponderEliminarMuy bueno Luli!!!!!
ResponderEliminarSencillo y humano! jaja
Yo no vivo esa experiencia por ser hija única, jaja, pero debe ser muy divertido tener esos "encontronazos" y después poder vengarse o, en su defecto, solucionarlos!
Un beso!
Muy buen texto!!! Me mató el cambio de destinatario, empezás en tercera persona, en el medio está ese párrafo culposo en segunda persona, hablándole a ella, que se enojó por un mísero flancito y terminás de vuelta hablando no a ella sino de ella. Muy bueno y muy cierto... ¡es la ley de la selva, el que llega primero, llega primero!
ResponderEliminarMuy bueno Luli! Es una situacion tan tipica de las familias numerosas, que riendo pense, que en casa hay un monton de personas para identificarse de los dos lados de la anecdota.Me encanto
ResponderEliminarMarcela L.
¡Muy bueno! Muy bueno el texto, muy buena la venganza... espero que haya estado muy bueno el flancito! Y lo que también es muy bueno es que uno puede, con el tiempo, reirse de estas cosas.
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