Un
gesto
Una mueca de risible infante
Te ilumina,
Y hace visible un gesto,
Que libera una guerra interna,
Un mensaje subliminal,
Que hace posible un intento a luchar.
Disparas un
secreto tras esos ojos trashumantes,
Que manejan un barco
Sin timón,
Sin destino,
Sin horizonte.
Perdidos…
Una nueva paleta de colores se cosecha.
Una nueva tela desprolija y vacía se despierta.
Que pregunta,
Qué será de esos dos
Que en la noche se desvelan,
Intentando buscar la tierra vestida de magenta,
La tierra nueva.
Existe un mar de zafiros
Que alguna vez fue agua,
Y el agua fue lluvia,
Y la lluvia fueron gotas…
“Glu-Glu-Glu”
Suspiran las gorgoteantes gotas de la gotera de la
nube.
Gordotas, y glotonas, que revueltas en goce, con
gracia,
Resbalan por el arco iris colorido
Gritando su final y lento suicidio.
Siendo gota, hubiese preferido la guillotina.
Clemencia Campos
Me encantó Clemencia. Siempre lo que escribís es como aleatorio, hacés coincidir palabras que nunca hubiera imaginado juntas y todo adquiere como una lógica de entre la vigilia y el sueño. Muy pero muy particular!
ResponderEliminarComparto lo que dice Ángeles. Tus textos son tan enigmáticos que me veo obligada a leerlos varias veces. Siguo su hilo y de repente se corta y toma otra dirección, como en los sueños y aparece ese "glu-glu-", de gordotas, glotonas, gotas y ya me dejo llevar sin pensar,... pero luego aparece la guillotina y me sacude y me pide que vuelva a empezar.
ResponderEliminarHermoso Clemen. Y es que a veces los gestos son tanto más elocuentes que las palabras, dicen tanto más.
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