La vida es una mezcla colorida de tanto y de todo, que normalmente nos marea y desconcierta.
Pensemos solo unos cuantos ejemplos:
Nos alegra, nos hace reír, llorar, cantar, gritar,
nos acaricia y nos golpea, nos hace sentir los éxitos y los fracasos,
nos enseña con paciencia y con brutalidad,
nos estimula y nos aplasta,
nos quita con avaricia, pero también nos da en abundancia.
Por eso, cada paso que damos, es una decisión que debemos tomar y algo que la vida nos enseña, de esa manera tan particular. De nosotros depende qué, cuánto y cómo, aprendemos a vivirla.
Esta es la razón, por la que escribo una sencilla "guía" de algunas experiencias aprendidas, muchas veces con tropezones y caídas, para no perderlas de vista, y tenerlas siempre frescas.
. Deja que sea el amor quien guie tus pasos.
. Toma la esperanza como escudo y estandarte.
. Si te caes, levántate con más fuerza.
. Regala alegría y buen humor, hacen bien, revotan, se desparraman y siempre vuelven.
. El sacrificio fortalece el espíritu, por eso esfuérzate para lograr las metas más altas,
sin olvidar el enorme valor de las cosas simples.
. Reconoce tus limitaciones, cultiva tus virtudes y aprende las lecciones de la vida
con la humildad de los grandes,
para poder enseñarlas
con la grandeza de los humildes.
. Mantiene a Dios en tu corazón y así saldrá siempre lo mejor de ti.
. Exige en la misma medida que das.
. Se garante firme e incondicional de la vida, es un don maravilloso, defiéndela siempre
y vive la tuya con intensidad,
aceptando cada día el desafío de hacerlo
con amor, alegría, honor y libertad.
. Recuerda que fracasar no es hundirse,
es permanecer hundido,
y puedes empezar de nuevo en el momento que elijas.
. Nunca dejes de emocionarte y permitir que la vida te sorprenda.
. Sé generoso, desterrando toda forma y disfraz del egoísmo
y practicando la equidad y la justicia con tu prójimo.
. Las equivocaciones y lo errores, sirven para crecer,
aprende con ellas y de ellos.
. Predica con el ejemplo, es el mejor lenguaje y vale más que mil palabras.
. Que tus pensamientos, sentimientos y acciones,
mantengan algo ya olvidado pero esencial: coherencia.
. A los escrúpulos, véncelos.
. Ante las dudas, usa el menos común de los sentidos:
el sentido común.
. Pide perdón si hieres y da otra oportunidad al que se equivoca.
No olvides que todos necesitamos ambas cosas, muchas veces.
. Mira cada día al cielo y sonríe a Dios agradecido,
por enseñarte todos los caminos de la vida
y regalarte la libertad de elegir, mostrándote así,
la inmensidad de su confianza y de su amor
por ti.
Marcela Lopez