Andrei Rubliov
Me parece que se puede hablar de analogía del ser y del conocer.
Podemos hablar de analogía del ser para expresar que todo lo real es, pero de muchas maneras interconectadas…De analogía del conocer, para expresar que hay una cognoscibilidad de eso que es. Por ejemplo, la lingüisticidad del comprender se basa, me parece, en la del ser.
Mauricio Beuchot insiste mucho en la analogía de proporcionalidad, pero yo quisiera plantear una conversación acerca de la analogía de atribución, en el ámbito del ser y en el del conocer.
Pensada platónicamente, (y usando categorías posteriores) esta analogía conecta el ser-bien imparticipado con el ser participado.
Algunos de nosotros no tenemos problemas con la dialéctica descendente que baja de uno a los otros.
Pero culturalmente sí hay problemas, porque muchos no pueden partir del Bien imparticipado.
A ellos les queda la posibilidad de una dialéctica ascendente.
En una filosofía cristiana, pienso desde Rosenzweig, se puede partir desde un primer analogado que es Cristo (como Rosenzweig parte de Yahvé) que tiene la ventaja de no ser abstracto.
Para mí es diferente partir desde una abstracción o desde un ser real.
Por ahora, estoy en la dialéctica ascendente.
Luis Baliña
Querido Luis, ¿comenzar desde Jesús no significaría una analogía ascendente y descendente a la vez? ¿A dónde más se podría ascender?
ResponderEliminarMarisa
cuando lleguemos a verlo cara a cara no habrá más allá, seguro.
ResponderEliminarPor ahora escuchamos el testimonio de que resucitó y sólo vemos su rostro en los hermanos, y lo sentimos un poco.
¡Gracias Luis! Creo que ahora empiezo a entenderte.
ResponderEliminarMarisa
Estarías partiendo no tanto de Él, sino de sus huellas en otros... que son sin embargo, algo suyo.
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