Juan Doffo
Cada mañana
nuevamente el día
Las horas
una tras otra, indiferentes
Bulle la ciudad
Edificios, autos,
urgencias vanas,
humo y desasosiego
Por las calles,
en la oficina,
frente a la computadora,
detrás de los espejos,
todos conectados
desesperadamente
nos perdemos
huyendo unos de otros
Ya cansado el reloj
se deshace el día
en un sol naranja
Puede que entonces se avive
el anhelo
el ansia de ser saciados
tantas veces sofocado
tantas veces abrasado
Puede que
a la caída de la tarde
haya un instante de luz
Puede que nos sorprenda el gozo
de vivir
al abrigo
de nuestro deseo
Mimi Blaquier
¡Muy lindo lo que escribiste má! Me encantó, sobre todo la segunda estrofa!
ResponderEliminarEspero ese instante de luz, y que no nos perdamos, huyendo unos de otros!!!
todos conectados
ResponderEliminardesesperadamente
nos perdemos
huyendo unos de otros
Comparto la idea. Me gustó mucho lo que transmite este texto, ese agobio de vivir huyendo de los demás, de nuestros propios deseos, de todo y de todos. Muy bueno.
Hermoso poema, gracias por compartirlo Mimi! Como a Mery, la parte que más me impactó fue:
ResponderEliminartodos conectados
desesperadamente
nos perdemos
huyendo unos de otros