Gustav Klimt
¿Era mucho pedir? Sé que muchas veces puedo exigir demasiado del otro, pero en este caso, y repito, ¿era mucho pedir?
Ese día me levanté simplemente aplastada. Sin embargo tome una decisión frente al espejo del ascensor: iba a mejorar mi día de alguna forma. Todavía no sabía cómo, pero ya me había hecho la promesa de despegar mi alma del piso y elevarla aunque sea hasta las rodillas.
Todo era igual, la misma rutina: tomarme el 110, bajarme en las Heras, caminar una cuadra para atrás y desayunar en café Martínez. "Buen día Inés, ¿lo mismo de siempre?", para después ir a la oficina a prostituir mis ojos cansados frente a la vieja Lenovo.
Todo seguía igual, salvo por esa semilla infinitesimal de esperanza de despegarme del suelo. Sin embargo, mi día aburrido casi estaba terminando y ese sueño, chiquito pero sueño al fin, de poder sentirme mejor, iba desapareciendo.
Antes de entrar a casa entré a un local para darme un gustito. No sabía qué quería, qué comprarme, pero pensé que ésa podía ser la solución a mi día. Cuando la vendedora me preguntó "¿La puedo ayudar en algo? Cualquier cosita me pregunta" no pude evitar decirle que sí me podía ayudar y que necesitaba un abrazo. Fue un impulso que salió desde mi más profundo deseo de ser feliz. En el momento me pareció la respuesta más lógica a su pregunta de si me podía ayudar. A ella, y a mí segundos después, no. De hecho mi pregunta le desestructuró la cara, se quedó pasmada, dio media vuelta y se fue.
Llegue a casa sin bolsas de compra y sin un abrazo. Fui directo a la cama, con zapatos y todo, me tapé hasta el cuello, y bien arropada solté una sonrisa. Pensé que al menos uno siempre tiene ese abrazo incondicional de las sábanas.
Sabía que había sido un día especial porque hace exactamente 6 años mi vida cambió radicalmente. Sabía que mañana iba a ser diferente e iba a volver a ser la Inés de siempre: alegre, centrada y sin andar por la vida pidiendo abrazos. Sin embargo me sigo preguntando: ¿era mucho pedir?
Sofía Montagnaro
¿Qué le pasó hace 6 años a Inés?
ResponderEliminarInés perdió una de las personas en las que se refugiaba siempre. Creo que nunca lo definí muy bien, pero seguro que era una persona que representaba un amor inmenso, como el amor maternal por ejemplo.
ResponderEliminarCariños!
S.
Me da mucha ternura Inés y es muy simpática.
ResponderEliminar¡Gracias Sofi!