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Estaba allí, y sin embargo ya no me encontraba. Ni si quiera sé si tenía fuerzas para buscarme, simplemente, no estaba. Lo que sucedía es que ahora existía el tiempo. Ahora sabía que había un “antes” y un “después”. Ahora notaba que todo era distinto… ya no me conocía.
Nunca olvidaría ese momento.
Momento en que lo miraba, y no me respondía; lo escuchaba, y no lo entendía, más aún, lo acariciaba, y nada sentía. Ya no era igual. Ya nada iba a volver a ser como “antes”. Ahora, existía el tiempo. Era un tiempo cortado, frío y distante. Un tiempo que no me pertenecía, sino que por el contrario me excluía. Yo ya no estaba en él, porque la persona a la que amaba ya no estaba ahí tampoco. Yo no quería estar en él. Y lágrimas. Lágrimas ahogadas recorriendo recuerdos ahora forzados a ser olvidados por una memoria cansada por el sufrimiento. Una memoria que ya no quería recordar. Y lo que es peor, una memoria negada a olvidar. Intento pensar, pero nada…no logro representarme aquel instante en que todo se quebró. Bah, si es que existió ese momento. Quizás se trate más bien de una sumatoria de períodos, una prolongación de realidades, una conglomeración de instantes. Instantes en algún tiempo negados, dejados de lado, rechazados. Y que ahora surgían como una unidad central, en la que recaía todo el peso de un amor no correspondido. Más frío del que jamás había imaginado, más dolor del que era capaz de soportar, más muerte de la que uno puede vivir.
En matemática la distancia se define como el segmento existente entre dos puntos. Ojalá todo fuera así de fácil…
¡Muy triste Paula! Parece que hablara la protagonista de "Despedida" de Clemencia, reflexionando sobre su situación.
ResponderEliminar¡Acertada la imagen de la definición de la geometría! Ocurre con todas las abstracciones: simplifican lo complejo y lo tornan incomprensible. Lo vuelven mudo.
Me encantó el final. Imposible definir la distancia y dar cuenta de cuándo fue el momento en que algo se quebró...
ResponderEliminarPau, me conmovió mucho. Y es cierto lo que dice Marisa, parecemos contar una situación similar, muy parecida. Creo que este tema lo hablamos alguna vez...cuando hay dos enamorados, parece no haber tiempo. El tiempo vuela, se lo roba todo el reloj; es como si hubiera una semper eternidad. Pero en cuanto esos amantes se distancian, el cronómetro empieza a rezar los segundos, minutos y días. El tiempo empieza a existir, y ahí es cuando decimos: "Yo no quería estar en él." Muy triste, pero real.
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