domingo, 13 de noviembre de 2011

Dictador (Martín Susnik)



Te vi. Te vi muchas veces. Te encontré en varios lugares, te diría sin temor que en casi todos. Te vi vestido de uniforme, de hábito, de turbante, de saco y corbata... Te vi de verde, de marrón, de gris, de rojo, de negro, de blanco, de azul... Te vi a la derecha y también te vi a la izquierda. Varón y mujer te vi.
¿Qué buscabas? ¿Inflar tu pecho y henchirlo de orgullo? ¿Sentir el poder del gesto mágico que logra la obediencia mimética de las multitudes? ¿Unidireccionar las mentes para no exponerte al desafío de la disidencia? ¿Fundamentar con el sumiso bullicio de la muchedumbre esas ideas de las que tal vez vos mismo desconfiarías si las enfrentaras al silencio?  ¿Dejar impreso tu nombre en las calles, en las plazas, en los libros, en la historia... en las memorias?  ¿Ser dios o semidios? ¿Superhombre?
Te vi alzando la bandera de alguna “verdad”, mientras te alejabas de ella por no querer propiciar el encuentro íntimo con lo que ES de veras. Te vi prometiendo “libertades”, mientras usabas tu cetro de batuta hipnotizante y dirigías desde tu atril la encadenadora danza que conduce a la caverna. Te vi profetizando “paraísos”, mientras en esta tierra, pisoteada por tu infecundidad, germinaba el infierno que habías sembrado.
Te vi en los gobiernos, en las fábricas, en los templos, en las escuelas, en las familias... Te vi muchas veces, aunque otras tantas no te vea (con el tiempo aprendiste a hacerte invisible para no levantar sospechas). Te vi de lejos, pero también te vi de cerca; tan cerca de mí te vi que hasta llegué a descubrirte en el reflejo ensombrecido de mi espejo.
Te vi haciendo gala de tus fuerzas para esconder tus fragilidades. Te oí gritar para ensordecer a viva voz el pensamiento propio y ajeno. Te olí endulzando con perfumería barata algunas almas para penetrar en ellas más fácilmente.
Pero nunca terminaste de entrar en ellas ¿no es cierto? Porque en el fondo no te interesaba lo que había ahí adentro y sólo querías manipular desde afuera. No entraste en ellos porque ellos no entraron en vos, y tu mirada apenas si rebotó en sus superficies para volver estéril sobre su verdadero centro de atención, que eras vos mismo. No pudiste mirarlos a los ojos, porque eso suponía que también ellos pudieran mirar en los tuyos y eso implicaba demasiado riesgo. No pudiste superar tu soledad ¿no es así? Tu tacto entumecido sólo pudo rozar la epidermis óntica de aquellos a los que extendías tu mano con afán de uso. Quedaste solo tras haber olvidado que había alguien más que vos.
Por eso te vi cuando la farsa se torno ya insostenible, cuando tus “verdades” revelaron sus mentiras y los que antes te seguían empezaron a perseguirte. Te vi huir espantado ante el griterío de las mismas gargantas que alguna vez vitorearon a coro tu nombre. Te vi cuando, después de intentar dominar el mundo entero, te encerraste en el más oscuro rincón de tu cueva subterránea – aquella de la cual quizás no habías salido nunca – arrastrando a la muerte lo poco que aún te quedaba de humano.
Te vi. Te veo, demasiado cerca a veces, incluso en el espejo. Y lucho contra vos, trato de dominar tu afán de domino y herirte de muerte para que seas capaz de brillar en el esplendor de la vida. Te debilito, para que en la impotencia de tu arrogancia descubras la auténtica valentía y te arrojes al amparo del Poder verdadero, que susurra suave, silencioso y servicial.

Martín Susnik




9 comentarios:

  1. ¡Muy bueno, y profundo, Martín! - ¡Qúe terrible! La omnipresencia del 'dictador' en todos los estamentos de la sociedad es patente. Sin excluirnos a nosotros mismos ¿no?, como suele mostrárnoslo el espejo... Y, hay que luchar, y mucho, para que se concrete lo "del Poder verdadero, que susurra suave, silencioso y servicial." Lo cual, creo, todos nosotros anhelamos.

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  2. Martín: me hizo pensar mucho lo que escribiste. Resaltaste un aspecto duro de remover del alma humana. Me trajo a la memoria inmediatamente una expresión que se hizo muy polular cuando volvimos a la democracia en la época de Alfonsín: "todos tenemos un enano fascista adentro" jaja ¿Se acuerdan? Y es cierto, creo yo.
    Lo mismo nos lo recuerda Dostoievski en la leyenda del gran inquisidor. Jesús vuelve a la tierra en la peor época de la inquisición en Sevilla. El inquisidor mayor lo encarcela (¡ahora es la misma Iglesia la que encarcela a Jesús!) y le dice:
    “Hemos corregido tu obra y la hemos asentado sobre el Milagro, el Misterio y la Autoridad. Y los hombres se han alegrado mucho al verse conducidos de nuevo como un rebaño y al notar que habían levantado de su corazón aquella terrible y pesada piedra de la libertad, que tantos sufrimientos les había ocasionado.” (…) Toda la humanidad será feliz. Ya no se rebelarán los hombres ni intentarán destruirse mutuamente, como hacían durante el reinado de tu famosa libertad. ¡Ah desde luego, lograremos al fin convencerles de que no serán realmente libres hasta que no renuncien a su libertad en favor nuestro, sometiéndose a nosotros! ¿Y será entonces verdad lo que les habremos dicho o habremos mentido? Creo que ellos mismos se convencerán de que tenemos razón porque recordarán muy bien a qué esclavitud a qué desesperación les había conducido la libertad que les diste. La libertad, el libre albedrío y la ciencia les habrán extraviado por tan profundos barrancos.” (…) “Comprenderán entonces la enrome ventaja que les supone el hecho de haberse sometido para siempre.”

    Entonces pienso, para que haya un dictador tiene que haber quienes esten dispuestos a cederle su libertad. "El hombre ama más la seguridad que la libertad".
    Hacen falta dos para bailar el tango.

    PD: perdón por la extensión.(Soy también una pitufina)

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  3. ¡Excelente la escena de la película!

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  4. Coincido con Marisa, muy buena la escena! Al final, entre la música, el baile y la expresión de la cara, creí que iba a arremangarse la camisa para servir al mundo "silenciosamente"

    Qué escalofrío se siente cuando lo vemos de cerca.
    Verlo en el espejo, un golpe bajo.

    Gracias! Muy bueno!

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  5. Martín Susnik

    No entiendo por qué cuando pongo “vi” sin acento en el Word me lo marca como error, quizás es solo en mi computadora pero es como si el pretérito perfecto simple del verbo ver no existiera, no hay posibilidad de una visión en el pretérito, la única posibilidad es “ver” en el presente o su futuro como vislumbrado, el pasado de ver es un error, te diría mi computadora; y justo esa sería mi única objeción a tu texto. El hecho de haberla construido en pasado me aleja de la situación cuando justamente la contundencia de las acciones deberían estar acompañadas de un presente permanente sobre el cual giren los acontecimientos.

    Estaba esperando tu texto, el anterior estuvo bueno, me gustan tus reflexiones y como a partir de ellas nos invitas a reflexionar. Estanislao ve la omnipresencia del dictador, la profesora Marisa ve un aspecto duro del alma humana, Inés siente escalofríos cuando ve de cerca de esa persona, yo ¿qué veo?, pues a mí mismo, me parece que al igual que tú, no como siendo sino en potencia “Te veo, demasiado cerca a veces, incluso en el espejo.” Te entiendo, yo también me veo a veces así, Freud tiene un trabajo que se llama “Lo Siniestro”, en él me vi, lo más profundo y temeroso de mí, allí, al fondo, escondido y allí se quedará pues al igual que tu último párrafo yo también lucho contra él. Así, debajo de tu texto, suscribo.

    Charles Chaplin y Wagner, no sé si sabías pero la música que estamos escuchando en esa escena de la película que has colocado para ilustrar tu relato es el preludio al Acto 1 de la ópera Lohengrin, que debe de ser una de las más guerreras y sangrientas óperas de Wagner, los símbolos entre la música y la película son riquísimos, hace unos años quise hacer un trabajo sobre Wagner vs Woody Allen y Chaplin, pero no lo terminé. Esa escena es genial, porque además de ser alegre y divertida es también una parodia a la belleza de la imagen y su respectiva mentira. Es como si Chaplin trastocara la frase “Una imagen dice más que mil palabras” en “Una imagen miente tan bien como mil palabras”. Wagner, el maestro sinfónico, produce armonía romántica, parece italiano, quizás con la música también nos engaña. Chaplin lo pudo ver mejor que yo, que no lo entendí hasta que vi la película que ese preludio no es una Oda romántica, es la locura que acompaña la megalomanía. Tu trabajo es un buen combo: Muy buena música, muy buena escena de la película y muy buen relato.

    Martín Acero

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  6. Hvala, Stane, por tus palabras y tu sintonizada comprensión de siempre. Es, en cierta medida, terrible, es verdad. Pero esa lucha esperanzadora vislumbra la salida posible. La salida, la "respuesta" la buscaría en "Desnudez" de Marisa Mosto.
    Gracias, Marisa! El recuerdo del GI, al que conocí a través tuyo, estuvo presente mientras salían los renglones, y el beso final sobrevuela el último renglón. Espero que Fedor no se ofenda. Muy cierto, me parece, de que queremos librarnos de nuestra libertad muchas veces...
    Perdón, Inés, por el golpe bajo. Cada uno tiene sus espejos...
    Gracias, Martín, por tus comentarios y aporte. Desconocía que la música fuera de Wagner y el dato me resultó muy enriquecedor. Gracias también por la crítica del tiempo verbal. Si afán de justificarme pedantemente, te cuento que opté inicialmente por el pretérito perfecto porque así surgió el texto, queen su génesis nació posando la mirada sobre algunos dictadores "célebres" de la historia. Luego afirmé la opción porque tenía (tengo) la sensación de que el "te vi" reforzaba el posterior "te veo", como para acercar y personalizar aquello a lo que en primera instancia miramos con cierto distanciamiento. Como si quisiera remarcar: esto no sólo pasó, sino que pasa; no sólo se da en otros, sino también en mí. Gracias por la paciencia y perdón por la extensión.

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  7. Te veo, demasiado cerca a veces, incluso en el espejo... TERRIBLE... GENIAL... sos muy groso, Martín...

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  8. Martín

    Tienes razón, acabo de hacer el ejercicio de cambiar el tiempo verbal; y para la composición de tal y como está tratado el relato queda mejor con lo hiciste. Y no pidas perdón por la extensión, mis mensajes son siempre larguísimos, mi capacidad de síntesis es nula.

    Abrazo,

    Martín

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  9. Excelente!!!! Y el te vi o ví o veo en el espejo, la put... mad... que "me" veo casi todos los días en el espejo, por favor!!!!
    Y si no pregunten a los que me rodean, a los que me conocen...

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