http://theclubofcompulsivereaders.blogspot.com.ar/2010/08/tiene-aun-vigencia-el-libro-de-dona.html (Ilust. blog)
Leo en el
reglamento de una obra social: “La credencial de identificación es personal e
intransferible”.
Un
alivio. Si no rigiera esa prohibición cualquier bobalicón que tuviese la idea
de trasferir aquello que lo identifica podría armar un descalabro metafísico
para el prójimo (con perdón de lo feo que quedan dos esdrújulas juntas, o tres
si contamos “esdrújulas”).
Si me
fuera transferido un elemento identificante ajeno yo quedaría a merced de
cualquiera y podría convertirme tanto en Brad Pitt como en doña Petrona. Dios
me libre de lo primero.
Marcelo Gobbi
¡Te quedaría precioso el delantalcito!
ResponderEliminarSi querés yo te hago de Juanita. Sería un golazo.
Nunca me había puesto a pensar que dos esdrújulas juntas quedaran feo. Pero es verdad, la lectura se hace como más trabada.
ResponderEliminarAhora, con respecto al texto, me queda la duda de qué pasa con la identidad violentada. ¿Vos no le añadirías nada a Brad Pitt? Tal vez, en sus películas, se vería un Brad Pitt más relajado, más natural, observando y comentando las letras pequeñas de cada cosa que lee. Ya estaría listo para una película de Woody Allen. Ja!