http://poemasmaripris-grandfather.blogspot.com.ar/2010/10/murmurar-dios.html (Ilust. blog)
»Spomini so kot morje. Od
trenutka do trenutka se zaganjajo z vso silo kot morski valovi in se razbijajo
na čeri časa. So tudi kot mirna površina morske gladine v lepem sončnem dnevu.
Se pa zgodi, da trda tema prekrije morje spominov; tedaj pa izginejo vsaj
začasno ali pa za vedno.«
Vladimir J.
Voršič, Spomini na leta 1929 – 1941, drugi del. – Meddobje XLV (1 - 4), 2013,
102 - Slovenska Kulturna Akcija, Buenos
Aires*
¿Puedo definir el recuerdo
como el revivir en el presente de una cierta vivencia del pasado, es decir,
vivirla ahora mismo? Hechos, pensamientos, deseos, actos de los que fui
protagonista, único o como partícipe con otros y – en el extremo totalmente
opuesto – solamente como sujeto que toma nota de los acontecimientos que
sobrevienen en este mundo y sobre los cuales no tengo ninguna influencia y,
menos aún, poder de decisión y que, sin embargo, me afectan…
En fin, un mundo de
vivencias del pasado que afloran de la memoria, bullen y compiten en mí.
Agradables, indiferentes o desagradables, que voy seleccionando para volverlas
a la vida por un rato o, quizás conscientemente, dejarlas caer al olvido – en
especial, las desagradables. Esto último con la ilusión de que, luego, viviré más despreocupado. En cuanto a las
vivencias agradables, quiero que permanezcan como recuerdos siempre frescos,
puesto que me hacen parecer bella la vida y que, por lo tanto, vale la pena
vivirla y proyectarla hacia el futuro…
¡Hélos aquí, vívidos y
elocuentes! Otras veces, los recuerdos surgen envueltos en penumbras,
desdibujados o apenas insinuados… como algo que quiere llamarme la atención y
que no se concreta en ninguna imagen clara. Es como en esos sueños de
duerme-vela que no me es posible reconstruir ni su trama ni su hilación -
recuerdos vagos, intrigantes, preocupantes pues… que están.
Al recordare latino le asocio el significado de volver a traer desde la
memoria algo al corazón – es decir, a
la vida.
Análogamente , en inglés y francés, (contar, recitar algo) de
memoria: “by heart” y “par coeur” respectivamente. Cosas ocultas que están
dentro de mí y que, cada tanto – valga la analogía – la memoria me las
regurgita, casi siempre de manera imprevista o incompleta… para tener que tomar
nuevamente conciencia de ellas y que volverán a ser escrutadas por esta última.
Aprobación lisa y llana - o reproches, de esos duros, inacabables… que me roen
el alma. Recuerdos buenos y malos, placenteros y tristes, bienvenidos e
inoportunos… coexistiendo en el corazón -
a modo de balance entre sosiego y zozobra a la vez…
Recuerdo. Pienso. Existo.
Tengo vida… y tengo puntos de referencia para desplazarme a través de la misma:
que son los recuerdos. Para alentarme y advertirme en mis decisiones. La verdad
es que ya no puedo imaginarme mi vida, ni ninguna vida humana, sin recuerdos.
Terminaría siendo un sinsentido, un absurdo. Aquéllos me son imprescindibles.
En cuanto que tengo vida la vivo, generando o participando en nuevas vivencias
que, con el transcurso del tiempo emergerán a su vez como recuerdos y –
cerrando el ciclo – volverán a incidir de alguna manera sobre mi vida, quizás,
¿al modo de las olas del mar que avanzan, baten, se rompen y, en algún lugar,
renacen misteriosamente?
Estanislao Zuzek
* : “Los recuerdos son como el mar. De un instante a otro golpean con toda
su fuerza, cual olas marinas, rompiéndose luego sobre el acantilado del
tiempo. Son también como la superficie
calma del mar en un hermoso día de sol. Pero puede acontecer que la negra
oscuridad se cierna sobre el mar de los recuerdos; entonces, (los recuerdos)
desaparecen, al menos, por algún tiempo o para siempre.”
¡Gracias Estanislao!
ResponderEliminarMuy profundo y sereno su texto. Y poético. Esta precedido de un texto poético y su desarrollo en sí tiene algo de gravedad poética. Disfrute mucho leyéndolo.
Me preguntó si en alguna medida no somos nuestros recuerdos, o sea "somos lo sido". No solo lo sido pero sí en gran medida. Hay una relación muy íntima entre la memoria y la identidad.
Me gustó mucho tu texto. Me hizo acordar a algo que me pareció lindísimo que leí de Edith Stein que decía algo así (no quiero citarla mal pero no recuerdo muy bien) de que 'lo que se pierde para la conciencia no se pierde para el corazon'. Como que todo lo que vivimos queda ahi, en ese lugar figurado que llamamos corazon, lo más íntimo. Es bastante consolador sobre todo cuando uno está plagado de recuerdos confusos e incompletos, o cuando experimentamos algo extraordinario y pensamos: 'ojala nunca me olvide de esta sensanción'. Quizás la conciencia lo olvidé, pero el corazón nunca, entonces todo pasa a formar parte íntima de nosotros.
ResponderEliminarDolina decía que todo recuerdo es triste: si es recuerdo de algo malo, es triste por lo malo; si es recuerdo de algo lindo, es triste por ser recuerdo. Prefiero tu manera de verlos como trampolines estimulantes hacia el futuro, no sólo los agradables, sino quizás todos ellos.
ResponderEliminarTampoco yo puedo imaginar la vida sin recuerdos. Sin la memoria... la propia y la divina. Tal vez Dios, en su memoria omnipotente, tenga alguna manera de conservar en el ser lo que ya no es. En ese caso, se trataría de un "ya no ser" para nosotros, pero no para su inmutable arcón de eternidad.
¡Gracias Stane!
¡Marisa, Teresita y Martin, muchas gracias por sus comentarios con los que me han enriquecido! - De acuerdo, Marisa, a mi modo de ver la identidad está relacionada con el transcurso del tiempo. Pues, ello presupone un cotejo de lo de ahora con una referencia previa, del pasado. Si es que no hay diferencia esencial entre ambas instancias, hay identidad. (Aclaro que ello no vale para el caso de un ser (idéntico)que sufre cambios contingentes en el tiempo: sigue siendo él mismo). Me animaría a decir que sin memoria, ni recuerdos, la identidad sería un concepto abstracto.
ResponderEliminarTeresita, su observación me hace pensar que un recuerdo que se hizo carne con el "corazón", 'está ahí' siempre, de manera tal que la conciencia ya no lo contabiliza más y se olvida de él; y sin embargo, sigue estando presente en ese corazón y es parte integrante de la vida. - Martin, tu mención de la "memoria omnipotente" de Dios me da que pensar en mi finitud en todos los órdenes...
voy a guardar esta entrada y sus comentarios en mi lista de "favoritos"... necesito volver a leerlo con más calma, con más tiempo, varias veces, para dejarme empapar de su contenido... de golpe tocó una fibra profunda y no muy estudiada de mi alma... por las circunstancias de mi vida (he vivido cambios exitenciales de gran envergadura en los últimos 15 años) el mirar hacia atrás, recordar, ha sido un lujo que no he podido darme... pero en la línea de lo que señala Teresita, mi pasado está en mí y me alimenta aunque no sea conciente de ello cada día..
ResponderEliminarvolveré a dejar otro comentario más "sesudo" cuando esté en condiciones... quizá la conversación de los comentaristas haya girado en otra dirección, pero quizá alguno lo lea y podamos seguir conversando...
Gracias a todos!