En la penumbra de la noche, en un cuarto
oscuro y silencioso, una vela desfila con olores que sintetizan la batalla en
la que nadie perdió, en la que ganamos los dos.
Una vela, que desfila sigilosamente sobre un
escenario y con zapatos de algodón para que nadie la escuche, dibuja en la
superficie de la noche una tierna llama.
Poco a poco, a su tiempo, comienzo a
vislumbrar un bosquejo. Un bosquejo que sería un gran cuadro. Fui vislumbrando
un rostro. Un rostro que era invadido por unos verdes ojos, una boca de labios
finos, una puntiaguda nariz, miles de pestañas que ensombrecían tu mirada y
unas cejas en triangulito mirando para abajo que me enternecían, y mi corazón
se iba así deslizando por el tobogán de la tristeza.
Poco a poco, a su tiempo, al tiempo de la
luz, un gesto se fue esculpiendo. Una obra de arte.
¿Siempre estuviste triste? Te miraba, pero
aún no sabía verte.
Sólo hacía falta la claridad de la luz. Hacía
falta que una vela se encienda y decida bailar al son de las estrellas para que
yo te viera.
Y con suavidad, con mis manos de pinceles te
fui descubriendo. Descubrí las lágrimas que yacían en los surcos de tus ojos,
en tus ojeras, canales de angustias y con mis manos te fui secando, dejando la
superficie de tu rostro limpia.
Mi patena era variada. Pensé forzosamente
cuál sería el mejor gesto de felicidad que podría dibujar en tu rostro. Pensé y
pensé la mejor sonrisa, aquella que hiciera juego con tus ojos, tu boca y
aquella puntiaguda nariz que parecía un poroto.
Y como gran artista que soy, lo logré.
Sonreí y sin quererlo me pinté a mi misma una
sonrisa; y como un bebé, vos sonreíste copiosamente al verme sonreír. Sin duda,
fue el mejor gesto de felicidad.
Fui feliz…
…al
verte sonreír.
Clemencia Campos
Me gustó mucho Clemencia, tu dar a luz una sonrisa y el juego de espejos que descarga. Hay gran ternura en tu relato. Y siempre con tu estilo de contrastes. Jaula en vela, pareciera una respuesta al Jaula de Mechi. Un encuentro festivo a la luz de la vela.
ResponderEliminar¿Y cómo es eso del poroto puntiagudo?
jaja gracias Marisa! La nariz de poroto es como redondita en la punta y me la imagino roja encima. Como una nariz de payaso. No se..es una nariz especial. Cuando veas una, te vas a dar cuenta sola. No tiene más descripción que esa. Pero es una nariz feliz y como de niño.
EliminarEso de "Te miraba, pero aún no sabía verte" y, luego, "Fui feliz… al verte sonreír" me impactó. Lo primero por lo profundo y lo segundo, por lo sencillo. ¡Gracias!
ResponderEliminarLindísimo Clemencia, me llegó al corazón la ternura que sale del relato y me hizo recordar el poder de una sonrisa. Gracias!
ResponderEliminarMarcela L.
Muy bueno. Es fantástico como uno siempre que pinta se pinta a uno mismo.
ResponderEliminarEmpezás como en puntas de pie y vas avanzando en un juego "velado" de luces y sombras. Me gustó mucho, Clemencia!
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