Es la recta final del año, la promesa de descanso, la atmósfera de épocas pasadas donde el tiempo libre era interrumpido por el tiempo de trabajo, y no al revés. Es también la muerte y el renacer del ciclo de oportunidades y esperanzas que ponen en movimiento nuestra vida.
Con el 2012 en el horizonte entonces, no podemos si no mirar hacia atrás y hacer un balance del año que termina, donde pasaron tantas cosas que parece mentira que formaran parte de un solo “algo”, como es lo que llamamos “año”. El 2011 (por lo menos para mí) estuvo particularmente lleno de cosas para recordar, pero en realidad, ¿no son todos los años particulares?
Como quiera que sea, este año que se va (¿o nos vamos nosotros de él?) marcó la fecha de nacimiento de este taller filosófico-literario. Su crecimiento es notable, tanto en cantidad de participantes como en la calidad de los mismos. ¿Qué palabras descubriremos en ese nuevo ciclo en el que nos adentraremos en la espesura del abecedario y a la profundidad de la poesía?
¡A escribir y a esperar!
Adrián Ecosefiev
Qué bien expresado. ¡Muchas gracias!
ResponderEliminarEspero que sigas bien y que el año entrante sea muy positivo y particular para vos y para todos los que participamos de esta linda experiencia de compartir.
¡Gracias Adrián! ¡Qué haríamos sin su imaginación y perseverancia rusa! ¿No sabe si las divinidades le dieron un respiro a su primo Federico?
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