Van Gogh, Unos zapatos, 1886, 37,5x45cm, óleo sobre lienzo
Que yo pensaba que buscar la verdad era como ir a casa.
Y no era.
Porque mi casa siempre me espera y no me equivoco nunca,
Y cuando llego siempre sé que estoy ahí.
Y yo pensaba que buscar…
Pero buscar se me tornó inevitable
Y, al mismo tiempo, lo que más quisiera evitar.
Porque busco todos los caminos pero parecen más bien cuestas.
Que las personas pareciera que cuando corren
Y los mares, los océanos, los valles, las llanuras, se hacen interminables.
Porque la línea del horizonte, si bien inmóvil,
Se les aleja siempre un poco más.
Y cuando se miran al espejo sólo encuentran rostros
Y se pierden lo que tienen al lado.
Que cansa buscar y me desconcierta encontrar felicidad sólo en el descanso.
Porque se me acaban las agujas del reloj,
De este reloj hecho de tiempo.
Que se diluye aunque yo me detenga,
Y por eso siento esta imperiosa necesidad de no detenerme.
Ayer en Colanzulí, llegando a Iruya, conocí a una pastorcita de ovejas. En su diminuta humanidad no sabía de libros, de quaestios, de tratados. Pero parece que cuando camina de un cerro a otro la sigue un rebaño, y a cada paso que da sabe exactamente a dónde quiere llegar. Y busca siempre el corral, y después, un caminito angosto que llega a casa.
María Teresita Suriani
María Teresita, me encantó el contraste presentado de dos vidas que transcurren en ámbitos tan dísimiles. La casi elemental de la 'diminuta' pastorcita que parece feliz en cuanto cumple con el deber de proveer a su sustento mediante su tarea pastoril de todos los días y, luego, se dirige a casa - presumo que sin plantearse preguntas "de trascendencia" - feliz, sencillamente. ¿No será que el deber de otros consista justamente en búsquedas, para ir oteando horizontes, si no para uno mismo, para los demás o para compartir la carga del caso con ellos?
ResponderEliminarAprovecho para llamar la atención de que hasta este momento se publicaron cuatro contribuciones con títulos iguales o muy afines. Para tenerlo en cuenta, ¿no? A mí no me parece casual.
Que cansa buscar y me desconcierta encontrar felicidad sólo en el descanso.
ResponderEliminarPorque se me acaban las agujas del reloj,
De este reloj hecho de tiempo.
Esto es por que dormis mucho?
Teresita:
ResponderEliminarOtra vez con tus imagenes tan vivas y ocurrentes.
"Que las personas pareciera que cuando corren
La Tierra se les mueve en sentido contrario."
Y ese final en el que como dice Estanislao, contrastás tan bien complicación y sencillez.
Decía un profesor mío que el temperamento melancólico es típico del filósofo. Tener nostalgia de luz y vivir en penumbras, sospechar que existe una vida más plena y no saber por dónde encontrarla.
Creo que es por eso que hay tantas búsquedas en los textos.
Les dejo otro escrito de Nietzsche, esta vez de La Gaya Ciencia:
"DE LA SEPTIMA SOLEDAD. Un día cerró el viajero la puerta tras de sí, se paró y se puso a llorar. Luego dijo « ¡Cuánto aborrezco esta propensión a lo verdadero, a la realidad, a lo que no es sólo aparente, a la certeza! ¿Por qué me persigue a mí, en particular, esa fuerza activa, sombría, apasionada? Quiero descender y no me deja. ¡Cuántas cosas me persuaden a permanecer! Veo en todas partes jardines de Armida y por eso padezco siempre nuevos desgarramientos y nuevas amarguras del corazón. Es forzoso que ponga más lejos mi planta del pié fatigado y herido, y como es forzoso, me vuelvo ferozmente, a veces, contra las cosas más bellas, que no acertaron detenerme. ¡Porque no supieron detenerme!»”
¡Gracias María Teresita!
PD: lo que no fue muy buena ocurrencia es haberlo invitado a tu hermano (¿es tu hermano,no? ¡¡¡Te va a volver loca!!! Jajajaja.
¡Andrés a ver si te animás a participar con la C!
Estanislao, lo que vos decís lo pensé mucho después de escribir el texto, a raíz de una conversación con mi hermana. Disculpen si me pongo extensa pero es que ella lo leyó y me dijo: que raro, a mí no me dio esa sensación de felicidad (la pastorcita, la conocimos juntas), como que esa era su vida, y parecía ávida de otros horizontes. Y mi hermana tenía razón, entonces, si bien quedó como un ejemplo de felicidad es más bien como algo verdadero. Como que yo buscaba mucho qué eran el dolor, la alegria, la vida, el deber, y en ella estaba todo eso como muy simplificado. Como que su vida era bastante rutinaria, y alejada del tumulto y los negocios, que se podía ver su propósito, su fin, de un solo golpe. Creo que me estoy explicando espantosamente, pero gracias por el comentario, ojalá nuestras búsquedas sirvan para iluminar la vida de los otros.
ResponderEliminarY gracias Marisa por ese texto, me encantó. Así como dice que las cosas más bellas no supieron detenerlo supongo que eso nos pasa, cuando estamos en un estado de felicidad, o descansamos, como decía en el texto, y sin embargo no podemos evitar volver a preguntarnos y a amargarnos muchas veces.
Y sí, es mi hermano, pero yo no lo invité, hay mucho hackeo de computadoras acá en casa!