Fernanda Cavallaro Regreso a casa
Collage, 2010, 100 x 80 cm. 39.37 x 31.49 in
Apenas trazos
todo promesas
todo por ser,
como un recién nacido
Entusiasmo de lo imprevisible
¿Y yo? dibujo ya hecho,
terminado a las apuradas
pintarrajeado en la superficie
(que no se noten los baches,
que no parezca incompleto).
Quiero volver a ser bosquejo,
apenas trazos,
todo promesas
todo por ser,
como un primer beso
Mi esperanza:
que no esté todo dicho
Noelia Vanrell
Creo que nunca está todo dicho. Creo que siempre se pueden corregir esos trazos mal hechos o que no nos gustan. El dibujo no está terminado hasta que alguien lo enmarca y lo cuelga de una pared, dejando estáticas las líneas, impidiendo cualquier corrección o agregado. Pero creo que nosotros siempre estamos retocando cosas, borrando, corrigiendo y volviendo a pintar. Siempre hay gente que a los 40 años ya se enmarcó y colgó de una pared, pero el desafío es siempre seguir pintándonos. No, no está todo dicho.
ResponderEliminarHay algo de tu deseo de "abandono" en este reclamo de seguir siendo "bosquejo". En los dos textos pareciera que quisieras descargar una pesada mochila que te han puesto en las espaldas.
ResponderEliminarCreo que lo que nos pesa es aquello con lo que nos nos sentimos identificados.
¿Para qué apurarse con el dibujo? Bien puede él seguir tu pulso.
Nunca dejarás de ser promesa. Es al revés, creo yo, cuando más encontrás tu color, más promesa sos.
Te dejo un texto de Nietzsche, de "Humano demasiado humano" que a mi me resulta iluminador.
"LOS IMPACIENTES. Lo que deviene se rebela contra el devenir; es demasiado impaciente para esta cosa. El hombre no quiere esperar a que su concepto de los hombres y de las cosas se haya hecho perfecto a costa de largos estudios, de sufrimientos y privaciones; por consiguiente, acepta confiado otra imagen enteramente terminada y que se le ofrece, como si encontrase en ella de antemano las líneas y colores de "su" cuadro; se posterna ante un filósofo, ante un poeta, y durante mucho tiempo se ofrece como esclavo, renegando de sí mismo. Así llega a saber muchas cosas; pero frecuentemente olvida lo más digno de ser sabido: el conocimiento de sí mismo; por consiguiente, durante toda su vida no pasa de ser un partidario. ¡Ah! Hay que sufrir y sudar mucho hasta haber encontrado sus colores, su pincel y su lienzo! Y aún entonces estamos muy lejos de habernos hechos dueños del arte de vivir, mas por lo menos somos dueños de nuestro propio taller."
Muy conmovedor! Gracias! Tu texto me transmite esa “incomodidad” originada por el contraste entre la apertura del alma a la totalidad del ser, y su irremediable realización temporal en determinaciones finitas (limitadas!).
ResponderEliminarMe puso a pensar: quizás sólo desde la escucha interior y seguimiento de esas "pistas" que son nuestros deseos profundos, esa “incomodidad” ya no nos sea sombría e inhóspita… Quizas no se trate de enfrentar una abrumadora infinitud de posibilidades!
(Aunque no sé si hablabas exactamente de esto...)
Y además creo que el dibujo que venís haciendo es maravilloso y está lleno de "posibles" por transitar. Aunque vos no lo veas.
ResponderEliminar¡Y tené en cuenta que no soy tu mamá! Jajaja
Qué lindos comentarios, gracias!! parece que me desnudé bastante en esto texto, los riesgos de la poesía!! jajaja.
ResponderEliminarY además de lindos, comentarios muy enriquecedores.
Mery, captaste mi sensación tal cual, ese miedo a colgarse en la pared y estancarse, por comodidad o por temor, hay mucho de eso, y como decís, el desafío es seguir pintándose.
Marisa, genial el texto de Nietzsche, ser dueños de nuestro propio taller! genial! Sí, hay correspondencia entre los dos textos, en el otro también me había aparecido la imagen del recién nacido, lo de volver a nacer cada día, que no deje de haber comienzos...y sé que hay que animarse a ver los posibles, arriesgarse,no instalarse en la comodidad de mirar para otro lado cuando esos posibles siempre van a estar ofreciéndose (no imponiéndose, por eso nuestra libertad siempre siendo reclamada).
Fernanda, lo que decís del contraste entre la apertura a la totalidad del ser y la realización temporal no lo había pensado explícitamente y sin embargo es eso, la contradicción permanente entre nuestra finitud y nuestro deseo de infinito.
Aprovecho para destacar y agradecer el trabajo de Ángeles en la selección de imágenes!!
Entusiasmo de lo imprevisible... en el vértigo y a la vez desafío de lo que condensa esta frase es dónde, creo, reside la fuerza y los misterios de la vida.
ResponderEliminarMuy linda poesía!