Cape Lookout, Oregon
En otra vida fui gaviota. Porque aquí y ahora, en esta playa, caminando sobre la arena húmeda, ¡me siento en casa!
El viento pasa sus
dedos por mi pelo y lo revuelve. El sol acaricia la piel de mi cara con
suavidad y, casi diría, ternura.
Camino dejando mis
huellas marcadas en la arena y sonriendo en paz conmigo misma. ¡En casa!
En eso, mi hijo
empieza a correr hacia mí. Abro mis brazos mientras mi imaginación levanta
vuelo y, jugando con el viento, pego la curva al ras del acantilado que abraza
la bahía. Cierro los brazos envolviendo el cuerpo de mi chiquitín al tiempo que
mi mente aterriza con los pies bien firmes sobre la arena húmeda. Y sonrío en
paz…
Quizá en otra vida fui
gaviota, porque aquí y ahora, en esta playa, me siento en casa.
Dolores Castaños
¡Qué lindo Lola!
ResponderEliminarSentirse en casa a la intemperie. Lo que cobija pasa a ser la hospitalidad del paisaje, el amor del hijo, los pies desnudos en la arena.
Es una imagen muy fresca. Un pequeño cielo. Dan ganas de estar ahí.
Cuánta alegría leer esto, Lola! Me gustó el cierre de un círculo al final citando casi las mismas palabras. Como el camino del héroe que sale de casa para volver a ella transformado. Se me ocurrió que si el "quizá" lo ponés al principio y no al final, sería también un camino de la posibilidad a la certeza en lugar de al revés.
ResponderEliminarUSA definitivamente nos ha ganado tu corazón!