Yo conozco la desolación,
he visto el miedo en sus ojos,
escuché sus gritos.
La
vi arrancarse la piel.
Yo conozco el árbol de los ahorcados,
sus ramas desnudas y secas,
el silencio lúgubre de las hojas que caen.
He visto los pies de los muertos,
reconozco sus huellas en la
nieve.
Sergio Antonio Chiappe
Bogotá
Escalofriante tu "saber". Ese vaivén que va del grito al silencio lúgubre pasando por el desgarro, imitando el oscilar de la soga con su cuerpo inerte.
ResponderEliminarLa huellas de los pies de los muertos en la nieve reclamando nuestra memoria. ¡Qué lindo modo de decirlo!
Tus versos Sergio son hermosos y tristes, alertan ahora sobre la crueldad y la finitud pero comparten el estilo suave y sereno de tus entregas anteriores.
Gracias Marisa. Un abrazo desde Bogotá y bueno el estilo que he tratado de manejar y pulir y expresar es una mezcla de belleza, nostalgia y tristeza, pienso que la melancolía posee una veta muy rica que permite exploraciones profundas que tocan con mayor precisión la sensibilidad de los lectores.
ResponderEliminarMUY BUENO SERGIO. ME GUSTO MUCHO EL FINAL
ResponderEliminarMAX HUNICKEN. MAXIMO SEGURA
Gracias amigo.
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