martes, 11 de septiembre de 2012

Mañana (Nicolás Balero Reche)


El conejo relojero





Ámbitos académicos si los hay .. . y sin embargo no puedo evitar empezar con el  “Yo no sé mañana” de El Original. Este galardón musical nos viene dado por una historia romántica que no sabemos, según la canción, si concluirá ya que continúa con su “si estaremos juntos, si se acaba el mundo”;  y sin embargo, nunca más cerca de la verdad.
Yo no sé mañana qué va a pasar. Es más, el mañana, nunca llega. ¿Por qué pensar en mañana? O más aún, ¿por qué pensar en el fin de semana? ¿Qué vas a hacer el jueves? ¿El viernes? ¿El finde largo? ¿Qué tenés planeado para la semana que viene? ¿El mes que viene era ese evento? ¿Qué vas a hacer en las vacaciones? Tengo proyectos para el año que viene; cuando me reciba voy a hacer varias cosas; quiero arrancar aquello cuando tenga tiempo; lo dejamos para más adelante; lo voy a hacer cuando esté más tranquilo; lo vamos viendo.
Pensamos para el futuro, y con una certeza: vamos a estar. El mañana, va a estar, el sol va a volver a salir para mis ojos. Y sí, vivimos cada día, como sacándonos de encima el presente, como si estuviéramos sucios de ahora, y nos tuviéramos que sacar de encima el tiempo. En cierto punto, vivimos para dejar de ser. Es la finalidad: cuántas veces escuché (o habré dicho) frases como  “acá ando, pasando el tiempo”, “ya quiero que sea mañana”, “no veo la hora de terminar con esto”.
En el fondo, el mañana no existe, en el sentido metafísico, no ES. Por qué nos preocupamos por lo que no es. ¿Desde cuándo el seré pasó a ser más importante que el soy? Obviamente que los extremos son malos, tampoco voy a convertirme en un devoto del falso Carpe diem donde lo único que existe es el tiempo presente, dejando de lado todo lo demás, creyendo que así soy libre, y en verdad me convierte en un esclavo inconsciente del “no voy a ponerle sentido a mi vida”; ser un adicto al “no compromiso”. ¿Qué compromiso con la vida puedo tener, qué sentido tiene si lo atado ayer no existe y lo que ato hoy se desatará mañana? Ojalá pudiera vivir con la certeza de que el hoy vale la pena vivirlo, que los compromisos que puedo tomar hoy, persistirán en el mañana, pero los tomé hoy. Cargo de sentido mi vida hoy, la cargo de alegría hoy, sin olvidarme del mañana.
¿Hay días malos, días para olvidar? ¿Cómo sé si el mañana no es peor que el hoy? Ese día malo me enseñó algo, valió la pena vivirlo. Ese día que quería olvidar, me dio una pizca de vida, me hizo ser un poco más yo, ¿por qué olvidarlo? Los días no tienen que ser un peso, un karma que hay que pasar para llegar al mañana que será mejor. En algún momento perderé la sensación de que es seguro que mañana salga el sol. Y cuando llegue ese momento, me preguntaré, ¿por qué viví para el mañana, si nunca lo encontré?
“Mañana va ser un gran día, te lo digo yo” sentenciaba Emiliano Brancciari en una de sus canciones. Yo digo (o me parece) que hoy es un gran día. Hoy es lo mejor, y el mañana convertido en hoy srá mejor que el hoy que pasará a ser ayer.


Nicolás Balero Reche

5 comentarios:

  1. Muy interesante tu perspectiva, Nicolás. Igual a mí me gusta el "mañana" porque tiene el color de la promesa, de lo nuevo, de lo nunca visto. Es verdad que no tiene que ser excusa para no vivir el hoy, y viene bien cada tanto recordarlo o que nos lo recuerden!

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  2. Serrat dice: "Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así" Algo que mi abuela canta a la mañana a veces y me lo pegó un poco.

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  3. ¿Cómo sería eso de vivir sólo en el presente? Si quieren imaginárselo un poco les recomiendo la lectura de un cuento de Macedonio Fernandez, "Cirugía psíquica de extirpación". Cuenta Macedonio que a Cósimo Schmitz, herrero de profesión, lo habían sometido a una intervención quirúrgica que le extirpó el sentido de "futuridad" o mejor dicho se lo redujo a sólo 8 minutos:
    "El futuro no vive, no existe para Cósimo Schmitz, el herrero, no le da alegría ni temor. El pasado, ausente el futuro, también palidece, porque la memoria apenas sirve; pero qué intenso, total, eterno el presente, no distraído en visiones ni imágenes de lo que ha de venir, ni en el pensamiento de que en seguida todo habrá pasado.

    Vivacidad, colorido, fuerza, delicia, exaltación de cada segundo de un presente en que está excluida toda mezcla así de recuerdos como de previsión; presente deslumbrador cuyos minutos valen por horas. En verdad no hay humano, salvo en los primeros meses de la infancia, que tenga noción remota de lo que es un presente sin memoria ni previsión; ni el amor ni la pasión, ni el viaje, ni la maravilla asumen la intensidad del tropel sensual de la infinita simultaneidad de estados del privilegiado del presente, prototípico, sin recuerdos ni presentimientos, sin sus inhibiciones o exhortaciones.(...) Es así que Cósimo vivía en el embelesamiento constante, total y continuo, y se compadecía del apagado vivir y gustar lo actual de las gentes.

    Conmueve verlo en el embebecimiento de cada matiz del día o la luna, en el deslumbre de cada instante del deseo, de la contemplación. Es el adorador, el amante del mundo. Tan todo es su instante que nada se altera, todo es eterno, y la cosa más incolora es infinita en sugestión y profundidad.

    Todo tenso y a la vez transparente, porque mira cada árbol y cada sombra con todas las luces de su alma, sin cuidados, sin distracción. La palabra se retrasa, rige la inefabilidad de lo que se agolpa y renueva irretenible."

    ¿Qué pasó con Cósimo? Para eso deberán leer el cuento (está en la web).
    De todos modos habrá que buscar un equilibrio en la integración de la expreiencia pues la temporalidad humana es tridimensional. No puedo mutilar alguna de sus dimensiones sin mutilarla(me).

    ¡Gracias Nico! Nos hiciste pensar con tu reflexión.



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  4. Nico! Coincido con Ángeles que el "mañana" tiene un tufillo de promesa, y por lo tanto, de esperanza. El "mañana" siguiendo esta lógica, también se reviste de oportunidad, hasta de revancha ante un presente fracaso como cuando el Flaco canta: "Aunque me fuercen yo nunca voy a decir/ que todo tiempo por pasado fue mejor/ mañana es mejor" Aquí el Flaco despotrica con su historia presente y cree en el mañana y lo pone como escenario de su felicidad cuando concluye en esa misma canción: "Hoy te amo ya,/ y ya es mañana/mañana/ mañana/ mañana" Felizmene que hay un "mañana". Ahora, es cierto lo que decís que vivir para el mañana, nos anula en el presente.

    Y ya que estamos con los cancioneros populares, voy a citar una más. Esta vez de Silvio Rodríguez, "Fábula de tres hermanos".

    De tres hermanos el del medio se fue
    por la vereda a descubrir y a fundar
    y para nunca equivocarse o errar
    iba despierto y bien atento
    al horizonte igual.

    Pero este chico listo no podía ver
    la piedra, el hoyo que vencía a su pie
    y revolcado siempre se la pasó
    y se hizo viejo queriendo ir lejos
    adonde no llegó.

    Como se ve,queriendo ir lejos, nunca llegó por no prestar atención al presente. Eso sería ir por las sendas que nos has invitado transitar, Nico, ¿no?

    Gracias, Nico!

    Pd. Para darle justicia a la canción citada por vos, diría que antes que el semireggaetonero y cumbiero El original, está la versión original en salsa (mucho más audible, jaa) de Luis Enrique.

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  5. Me impactó eso de "estar sucios de ahora que nos tenemos que sacar el presente". Sí, quizá hemos sorbido demasiado de la cultura del progreso indefinido.
    Por otro lado, el mañana tiene sus contrapuntos con en el presente si éste lo vivimos con sabiduría.
    Gracias!

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