miércoles, 12 de septiembre de 2012

Mañana de Sábado (Jorge Oscar Marticorena)

 





Me fui a comprar un gabán.
Gabán Loden que ayer había visto en la vidriera. Me recordó mis tres visitas a Viena. ¡Tres visitas!
Una durante el exilio en  Italia. Alguien me dijo que no me quejara, que muchos otros la pasaron mucho peor. O quizá yo mismo me lo dije, debatiéndome en las garras de la culpa del sobreviviente.
Las otras dos visitas ya como profesional que va a llevar su contribución a una reunión científica. Otra cosa, pero siempre desde esta prudente convicción de no creérmela  demasiado, tanto como para estar mejor preparado para cuando las vacas sea flacas.
Pero bueno, ahí conocí los Loden  vieneses, que me resultaron inaccesibles.
Unos pocos años después de la última vez en Viena, como cumpliendo un ciclo fatídico, volvieron las vacas flacas.
Las saludé con esa extraña mezcla de odio y respeto que uno al final elabora y esperé, sin demasiadas esperanzas, el próximo ciclo.
Qué vida trajinada. Qué suerte que he tenido, dentro de esos trajines, exilios, dolores, sinsabores y placeres.
Las vacas se han ido a pastar a algún otro desdichado lugar. Aprovechemos que no están.
Me metí en la tienda y compré el gabán. Contento, tenía ganas de más, pero ya era tarde y tenía tarea en casa.
Subí al auto y, escuchándolo a Ravi Shankar  y sus músicas de la India, paré en el supermercado y compré algunas cosas y el diario. Ya en el auto,  quería hojear el diario pero Ravi Shankar  se repetía por cuarta vez y sentí que era suficiente. Extraje el CD y entonces una voz conocida me saca del diario.
¡Hola Aliverti, tanto tiempo sin encontrarte!
En Radio Nacional recuerdan a locuciones,  locutores y humoristas famosos. Nombres  que me enganchan a mis recuerdos y a esos altibajos de la fortuna y los infortunios en que me metieron mis paseos por la vida. Tanto me atrapan los chicos y chicas de la radio, que me quedo absorto, sentado en el auto en el jardín de mi casa, escuchándolos.
Y de pronto vuelvo a este mediodía de sábado.
- ¿Qué fui a hacer al centro?
- ¡Ah, me compré el Loden!

Jorge Oscar Marticorena
En casa, domingo 2 de septiembre, 2012. No se ven  vacas por el campo


3 comentarios:

  1. Jorge, me sumergiste por unos momentos dentro de un mundo personal de recuerdos, asociaciones de ideas y vivencias de diferentes texturas y variado peso específico. Tal como ocurre en los monólogos interiores. Y me queda resonando una pregunta ¿por qué el exilio?

    Las mañanas de sábado tienen un atractivo especial para mí. Me encanta salir a caminar, andar por el barrio, sin prisa. Son ideales para poner un poco la máquina en punto muerto, pensar la vida y pensarse.

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  2. Muy bueno Jorge! Una anécdota personal: mamá tiene un Loden y cada una de las tres mujeres estamos haciendo lobby a ver si nos toca cuando decida regalarlo. Una vez, yo vivia todavía en casa, estudiaba filosofía, tenía unos 20 años y me iba a la facultad en el tren, me puse el Loden sin prestarle atención al hecho. Una mujer en el tren me dice: ¿me dejás mirar la etiqueta de tu tapado? Se la muestro y me dice: "con razón! ¿vos sabes que es un tapado muy bueno?" Con mi mejor cara de hay cosas más importantes, le dije que no, pero que mío no era!!

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  3. Muy lindo y con humor!
    Lydia

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